Por sí solo, un nacimiento es un milagro de vida y si, ese acto se produce fuera de un centro hospitalario los riesgos siempre son más.
Abraham Mendoza tiene eso muy claro pues, en su carrera como cruzrojista ya atendió 100 partos y no en un hospital.
Él trabaja en la Cruz Roja de Santa Rosa de Pocosol desde 1993 cuando solo tenía 13 años. Ya en 2000 se incorporó con todos los cursos requeridos para atención de pacientes.
"Cuando atendí el primer parto, el compañero Alfonso Zamora que ya no está, me decía que tenía que mostrar seguridad para que la mujer se sintiera tranquila y para que fuera más agradable y así lo hecho durante todos estos años", contó Abraham.
Las situación geográfica de este comité de Cruz Roja es lo que hace que los partos en zonas fronterizas sean más comunes, sobre todo por que, por las distancias las mujeres no llegan a tiempo a la clínica local.
"Ha habido partos facilísimos, el bebé sale solito. Han nacido bebecitos fallecidos, he tenido partos complicados, bebés que nacen de pie, bebés que nacen en paro cardiorrespiratorio que hay que darles maniobras de resucitación y son sustos que se lleva uno, congojas que pasa uno con la madre", recordó.
El parto número 100 de Abraham fue una joven de 20 años a quien atendió en Patastillo de Coopevega y quedará para siempre en su memoria.
Ahora es reconocido como el partero de Pocosol y en caso de emergencia, una mujer embarazada ya sabe donde llamar.
"He atendido casos en la montaña, en la ambulancia, en media calle, en una casa y hasta en un corral, en todo lado me ha tocado", relató.
Abraham ama su trabajo y disfruta día a día poder ver de cerca, el milagro de la vida y ya, esa película la repitió 100 veces.