Este martes tomaron un avión para volver a la normalidad, pero sin duda su vida ya no será igual y llegan con mil historias nuevas que contar.
Dcarri, Javarri y Silvia Montenegro vivieron 17 días inolvidables en su regreso temporal a Costa Rica. Un sueño cumplido.
Los pequeños hicieron todo lo que su madre deseó verlos hacer. Pese a no tener la misma sangre, los vio disfrutar como lo hacía ella de niña en su natal Barrio San Martín.
Silvia pudo traer a sus hijos a Costa Rica luego de que entregara a los otros dos niños que tenía a su cargo en Estados Unidos como parte de un programa estatal que le entrega menores abusados para cuido temporal.
"El 14 de Noviembre me informaron que se llevaban a Isaac y Israel a vivir con su familia biológica el 20 o 21 de Diciembre. Yo ya había sacado vacaciones para navidad y año nuevo porque las escuelas estaban cerradas, entonces se me metió el ramalazo que podríamos venir Dcarri, Javarri y yo a CR a pasar la navidad. Desde la adopción en Setiembre de 2018 yo quería traerlos, pero mis otros dos niños no tenían permiso de salida del pais y me daba lástima dejarlos", contó.
Su llegada al país fue una sorpresa orquestada por su hermano José Alberto Montenegro.
El 22 de diciembre a las 6 de la mañana solo tocaron la puerta de la casa de sus padres. Nadie sabía que iban a llegar.
Fue la sorpresa que iluminó la Navidad de esta familia que sin duda, la vivió diferente.
"Nos vinimos, mi hermano nos recogió en el aeropuerto y nos trajo a CQ. Pudimos sorprender a papi y a mami, quienes pensaban que iban a pasar navidad sin nietos porque mi hermana, cuñado y sobrinas estaban de vacaciones fuera de pais".
17 días no alcanzaron. Aún así, fueron a Fortuna, a Tres Equis de Turrialba a San Vicente, comieron en la feria del agricultor, le dieron de comer a las palomas del parque, fueron a misa a la iglesia San Martin y muchas otras cosas.
Dcarri y Javarri no pasaron desapercibidos en el centro de Ciudad Quesada. Sus risas, su inocencia y su alegría fueron atracción para muchos, incluso su color contó su mamá.
Se tiraron de un tobogán, cayeron en barro, comieron tortillas con queso conocieron las raíces de su mamá.
Alegraron a sus "titos" que sumaban muchos años de no tener a toda la familia junta sentada en la mesa comiendo olla de carne.
La historia de la familia feliz que recordó lo que era tener niños corriendo por la casa.
¡Buen viaje Silvia, Dcarri y Javarri!, ojalá vuelvan pronto.
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