El evento alarmó a miles en San carlos. A las nueve de la noche del 23 de abril de 2019, el cielo se iluminó y se sintió una fuerte explosión.
Segundos después cientos de pequeñas rocas cayeron a la Tierra. A esa hora Marcia Campos Muñoz descansaba en su casa cuando escuchó una serie de golpes en el techo de su casa.
El ruido y los aullidos de su perro la sobresaltaron. Pero el susto aumentó por el fuerte estruendo de la parte trasera de su vivienda. Al revisar encontró en el piso una roca caliente y con un intenso olor a gas de cocina.
Marcia vive en la comunidad La Caporal de Aguas Zarcas en el Cantón de San Carlos, ubicada 57 kilómetros al norte de la capital de Costa Rica.
Los fragmentos literalmente bombardearon la propiedad de Marcia y perforaron el techo de su casa.
El meteorito que cayó en Aguas Zarcas es un condrito carbonáceo, una variedad muy rara y de alto valor científico.
De hecho, en la historia de la geología sólo se han recuperado 504 de este tipo de rocas, según el investigador de la Universidad de Costa Rica.
Los condritos carbonáceos contienen el único registro de la composición geoquímica de los primeros años del sistema solar.
Al analizar los fragmentos recuperados en Costa Rica los expertos descubrieron componentes de carbono orgánico, pero que tiene un origen inorgánico.
También encontraron minerales que en su estructura molecular contuvieron agua, así como otros componentes como sulfuro con níquel.
Otro descubrimiento fue que la composición general de la roca contiene isótopos de oxígeno muy parecidos a los que existen en el Sol.
De hecho según la ECG el meteorito de Aguas Zarcas puede tener una edad cercana a los 4.560 millones de años.
Información: BBC