¡Agobio!, ese es el sentimiento que embarga a los comerciantes de Coopevega de Cutris con el acceso al agua en la comunidad.
La situación empeoró desde hace 8 días cuando la comunidad, sin explicación alguna, recibió la noticia de que no recibiría más la asistencia de agua potable por medio de camiones cisternas.
El poco comercio de la zona, golpeado por la crisis económica ahora también debe ingeniárselas para contar con el líquido para la limpieza de establecimientos y atención a los usuarios.
Para ellos, la reactivación económica queda en suspenso mientras no tengan servicio constante de agua, algo indispensable en medio de la pandemia.
"Nos alegraron con lo de los cisternas y ahora que los quitan volvemos a quedar igual, solo con un poco de agua en las mañanas y en las tardes. No tenemos de otra que recurrir a la recolección de agua de lluvia, no solo por el tema sanitario, sino para la limpieza del establecimiento y el uso de los usuarios", explicó Luis Álvarez, regente agrónomo del Almacén Coopevega.
Según detalla Álvarez, hay momentos en que los clientes tienen que lavarse las manos con el agua de la lluvia, pues no tienen otra opción.
En una situación similar está don Julio Blanco, propietario del Supermercado Coopevega, quien asegura debió suspender algunos servicios en su establecimiento para rendir el agua.
"Ahora con este problema tuve que cerrar los servicios sanitarios para que el agua pueda llegar a los lavamanos porque el Ministerio de Salud lo soca a uno en la parte sanitaria, es como sacar algo de la bolsa izquierda del pantalón y meterlo en la bolsa de derecha", señaló Blanco.
El invierno, pasó a ser el mejor aliado de esta comunidad para resolver, quizás de la manera menos adecuada, el tema del agua, puesto que en cuanto al estado de los caminos las lluvias provocan afectación en la ruta de acceso a la comunidad.
Comunidad sin respuestas
Los vecinos de Coopevega aún esperan una respuesta pronta por parte del AyA sobre las razones por las que suspendieron el servicio de abastecimiento de agua potable por medio de cisternas.
Esto porque la noticia la recibieron informalmente, mediante una captura de pantalla, en la que indicaba de un recorte presupuestario por parte de la entidad que derivó en el recorte del suministro indispensable para toda actividad, en medio de una pandemia.
La comunidad suma ya 10 días sin servicio, solo con acceso al líquido que sale de un pozo gestionado por la Asada de Santa Rosa de Pocosol, pero que igual es inestable.
Este martes, SCD dio a conocer la situación que también viven 2.800 personas adscritas al Ebais de El Concho de Pocosol, que quedaron sin atención médica por esta misma causa. Los servicios, debieron suspenderse por que ahí, del todo no les llega agua.
En el caso del Ebais de Coopevega, el centro de salud puede funcionar con tensa calma debido a que, la poca agua que llega al día, del pozo perforado, permite el almacenamiento del líquido y así se la juegan los 5 días de la semana.
"El almacenar agua nos permite trabajar y esa es la diferencia con El Concho, que ahí si bien hay tanque, el problema es que aveces se llena de agua chocolatosa, entonces ya no podemos trabajar", explicó Randall Chavarría, Director del Área de Salud de Santa Rosa de Pocosol.
En este establecimiento médico, el temor es que el algún momento los pozos ya no den a basto, se sequen y del todo queden si abastecimiento y también deban cerrar la atención a los pobladores.
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Este tema, fue denunciado por SCD desde la semana anterior, debido a la gravedad y urgencia que viven estas comunidades en medio de una emergencia sanitaria y que exige lavado de manos.
El pasado 3 de agosto este medio, envió algunas consultas, al asistente de la presidencia ejecutiva del AyA, Jose David Quirós.
Pese a los múltiples correos, mensajes y llamadas aún no hay respuesta sobre las razones por las qué estas comunidades sufren esta situación y para cuándo, podrían haber una solución.
Seguiremos insistentes porque, mientras en San José callan, en las comunidades más vulnerables del cantón, los vecinos lidian una guerra sin armas, lidian contra el covid-19, sin agua.
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