El humo del fogón, el horno encendido, piezas de losa de un solo y hermoso color; todo en medio de una cocina abierta en el campo.
Esta es una de esas historias que, definitivamente, le transportará a la cocina de su mamá o su abuelita. Una colección llevó a Ligia Guerrero a viajar en el tiempo.
Todo empezó en un pequeño rincón de su casa, en Santa Clara de Florencia pero, ese espacio ya no era suficiente y creció cuando el deseo de tener una cocina de leña llegó.
Si tenía cocina de leña, tenía que adaptarse a lo «de antes» y fue cuando en un comercio local encontró las primeras piezas de losa de las que se enamoró.
«En ese momento solo había dos ollas y entonces empecé a buscar piezas, a ver qué tanto podía encontrar pero era muy limitado porque escogí el color turquesa y es muy complicado. Ya la losa sola cuesta encontrarla y más aún de ese color», comentó Ligia.
A este momento ella tiene 7 ollas de distintos tamaños, dos sartenes, tres picheles, una cafetera, ocho jarros para el café, 4 jarros más grandes, cucharones y cucharas.
Eso sí, se mantiene tras la búsqueda de algunas piezas que aún no tiene como tenedores, platos, platos hondos.
Las piezas las compra, la mayoría por Internet o bien durante algunos viajes al exterior. Otras incluso, a nivel nacional.
Aunque todo inició como un sueño de poder tener un espacio, ya la cocina no es tan decorativa y cuando Ligia enciende el fogón, es un buen día.
«El día que decido prender la cocina, se aprovecha lo que se tiene que aprovechar y se utilizan las piezas que se tenga que utilizar. La cocina me pone las piezas negras pero, se lavan y ya; esa parte me preocupaba mucho al inicio pero no, es lo normal», dijo.
La idea inicial de Ligia era crear un lugar en su casa, en el que su familia pudiera reunirse ojalá con el fogón encendido.
Tiene además algo que hace este lugar un sitio que hace regresar la memoria pues en su propio patio, hay mucho de lo que utiliza para cocinar, es decir cosecha algunos productos que salen del campo, a la olla.
«Cuando yo publico algunas cosas me ponen comentarios muy lindos, que se acuerdan de la abuela, que se acuerdan de la mamá, de las fincas y vieras que eso es muy lindo para mi porque, fuimos una generación que vimos esto pero, de lo dejamos de ver y yo poder irlo haciendo y que la gente recuerde me pone muy feliz», agregó.
El color de las piezas es muy difícil de encontrar pero, como muchas personas ya conocen de esta pasión de Ligia suelen avisarle dónde hay piezas e incluso, su cocina se convierte en punto de visitación de muchas personas que quieren devolverse en el tiempo.
«Ha sido muy bonito que la gente venga y vea las ollas, que sí se utilizan, que aparte de decorativo sí se pueden usar, tener este lugar en este ambiente es una ilusión muy bonita», añadió.
Este sin duda, se convirtió en el punto de reunión de todas las celebraciones familiares de los Guerrero, no siempre está la cocina encendida pero, al menos los visitantes tienen la experiencia de hasta tomar el café en jarros de losa.
Si bien, es una cocina dentro de la casa de Ligia, ella encantada recibe a las personas que quieran conocer su colección. La pasión por lo que ha logrado le permite abrir las puertas para que usted viaje en el tiempo. Puede contactarla por medio del correo: liguerrero2077@gmail.com.
De paso, si ve por ahí alguna pieza de losa color turquesa, puede avisarle a ese mismo contacto, y la hará muy feliz.