Es uno de los productos de temporada más llamativos y es la novedad este 2020.
Con solo 12 años, José Pablo González Cubillo, encontró en el chocolate la llave para iniciar su propio emprendimiento.
Este pequeño estudiante de la Escuela Juan Chaves en Ciudad Quesada, es amante de la cocina y su fortaleza está en las recetas de su abuela quien es la que le enseña todo sobre el arte.
Sin embargo, desde hace una semanas se propuso preparar las conocidas chocobombas y es hoy, su producto estrella para arrancar su propio negocio.
"Mi pasión por la cocina empezó cuando yo veía a mi abuela cocinar y ella me ha enseñado y me va enseñando. Mi producto estrella es un quequito de sabor a canela, chocolate o café y relleno de coco, fresa o semillas", contó José Pablo.
Estos quequitos, son a base de pasta licuada y no llevan huevo ni grasa.
Las cajitas con 6 bolobons tienen el costo de 2.500 colones y las hace por encargo al 8385-3566.
A pesar de ser amante de la cocina, su corta edad le impide la aceptación a muchos cursos que quiere hacer. Pero, la pandemia les abrió una puerta que aprovecharon.
"Yo me matriculo y el día del curso quien los recibe es Josá Pablo, yo estoy al lado de él pero es el que recibe el curso. Ha recibido muchos cursos de repostería, decidió incursionar con este producto y le hicimos una marquita, buscamos cajitas y gracias a Dios le está yendo bien", dijo Eve Cubillo, mamá de este pequeño.
Pero además de esta faceta, José Pablo tiene otras que llaman mucho la atención.
Es monaguillo y lector para la Diócesis de Ciudad Quesada.
Desde muy pequeño, empezó con la pintura e incluso sus obras y las de su hermano son las que adornan la casa de sus padres.
Luego, este pequeño empezó a incursionar en la robótica con niños de mayor edad a la suya. José Pablo, siempre sobresale por su capacidad intelectual y sus conocimientos.
"Esto le permitió participar en una competencia a nivel nacional de robótica y a pesar de que fue su primera participación tuvo un papel bastante bueno, tanto que lo tomaron en cuenta a formar parte de un grupo de chicos que llevaron a hacer una demostración en la competencia mundial de robótica acá en Costa Rica", añadió su mamá.
Tras esa participación, personeros de la NASA hicieron una evaluación de la capacidad que tiene y cómo potenciar esos dotes.
A parte, es amante de tecnología y gracias a un primo, aprende sobre programación para cumplir su sueño de ser ingeniero en sistemas y tener un restaurante inteligente.
En este momento, está bajo estudios para incorporarse al programa de alta dotación del MEP.