En los últimos años, ha surgido una gran gama de bebidas o productos con la etiqueta de “light”, “baja en calorías” o “reducidas en”, siendo atrayentes para todos aquellos consumidores que están en control de peso o que quieren llevar una vida saludable. Sin embargo, en muchas ocasiones el consumidor no hace un uso adecuado de estos productos, no conocen sus verdaderas características o si el precio pagado realmente lo amerita.
Un producto o alimento light es aquel al que se le ha reducido el contenido de uno o más nutrientes (azúcares, sodio, grasa o calorías), mínimo un 30% en comparación con el producto original. En el mercado podemos encontrar bebidas a las que se les ha eliminado el azúcar y que se sustituye por edulcorantes, disminuyendo la cantidad de azúcar añadido y las calorías en total. Para saber cuál es el nutriente que ha sido añadido o quitado, es importante leer la etiqueta del producto y comparar con el original, para determinar si se ajusta o no a las necesidades de cada uno.
Entonces, es importante tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Cuando pensamos en productos light, lo asociamos a productos que ayudan a perder peso, sin embargo, es una idea que tiende a confundir. Recordemos que los alimentos presentados como light, pueden serlo por muchas razones (bajos en ciertos nutrientes o calorías); estos pueden ser útiles si se usan de forma adecuada y con moderación, pero NO son indispensables para perder peso.
- El error más común en el consumo de estos productos, es la cantidad o el tamaño de la porción ingerida, con la idea de que es light comemos sin límites, llegando a duplicar o triplicar los aportes calóricos o de nutrientes de las versiones “normales”.
- Es indispensable leer las etiquetas nutricionales de los productos light y compararlo con la versión normal, para estar seguros del nutriente que está en menor cantidad y si se adapta a nuestras necesidades.