Cruzar el río San Carlos. El valor de una vacuna para algunos pobladores

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Don Marcelino Ramírez Mora y don German León Porras, ambos de 60 años mostraron cuanto valor significa para ellos una vacuna contra el Covid 19.

Sin importar las corrientes del río San Carlos, emprendieron el viaje para llegar a la orilla y encontrarse con la vacuna.

Las dosis, iban a cargo de los ataps Jimmy Delgado Alpízar y Dinia Morales Campos, del área de salud Santa Rosa, en el distrito de Pocosol de San Carlos.

Ni don Marcelino ni don Germán tuvieron que bajarse de la lancha, que funciona con remos, para que los funcionarios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) los inmunizaran.

“Así son nuestros días, salimos a buscar a los adultos mayores de 58 años para ponerles las vacunas. Previamente antes hayamos la manera de contactarlos y agendar el encuentro que deja alegrías a todos. Los pacientes quedan felices y muy satisfechos y uno recibe la recompensa de saber que cumplió con el objetivo de servir” dijo Dinia Morales de 54 años y quien suma 21 años de trabajar para la CCSS.

Los ataps siempre que aplican una vacuna contra el covid-19 esperan por periodos de 15 minutos o más, lo hacen bajo el sol y con las piernas recargadas por la inestabilidad de los terrenos, muchas veces apoyándose sobre las mismas lanchas para no hundirse sobre el suelo fangoso.

“Uno se queda pensando en el valor que tiene su trabajo. No es fácil lidiar con las condiciones del clima, con la topografía de los terrenos y con el tiempo en contra porque una vez que se abre un frasco de la vacuna hay que tener aseguradas las 6 personas que recibirán la dosis. El trabajo de las compañeras y compañeros ataps tiene valor y valor del bueno” dijo Randall Chavarría, director regional a.i. de la CCSS.

Don Marcelino y don Germán viven al otro lado del río San Carlos en “Finca La Maijú”, comunidad de Boca Arenal de Cutris, y  encuentran en las aguas, la mejor opción para salir de sus casas y acercarse a los servicios.

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