A orillas del Río Platanar, en Ciudad Quesada, bajo el arrullo del viento y protegidos bajo una intensa paz, crecen más de 58 especies de árboles nativos del cantón.
El Roble Sabana, Corteza Amarillo, Higuerón, Sota Caballo, Cebo, Caoba, Guaba, Almendro, Cocora, Almendro, Aguacate, Medero Negro, Lagarto, Guitite, Guarumo, Marañón, Cedro y más se aferran a un terreno de 11 mil metros cuadrados, propiedad de la cooperativa Coocique, en la Urbanización 2000.
Es el pulmón verde de la ciudad, uno que proyecta a convertirse, dentro de 5 años, en el parque urbano de las nuevas generaciones.
El proyecto lo desarrolla Coocique, en conjunto con personal de CODEFORSA y en un futuro cercano esperan que los asociados puedan visitarlo y conocer todas las especies sembradas.
“Trabajamos y producimos respetando nuestro medio ambiente apostamos a una cultura ambiental y nuestro programa de reforestación pretende devolver aire puro a un cantón próspero y sede central de la cooperativa", explicó Daniel Mora, Gerente General de Cooocique.
En celebración del Día Nacional del Árbol, este 15 de junio, funcionarios de la cooperativa y Codeforsa sembraron 11 especies más de árboles.
Esta vez, los árboles frutales como el Cas, Limón, Mandarina, Guanábana, Guaba y Cacao fueron parte de la jornada, además de otros como el Cortez Negro, Llama del Bosque y Corteza Amarillo.
"Nosotros estamos muy motivados por apoyar este proyecto, a la vez invitamos a todos los sancarleños a que siembren un árbol, podemos empezar en el patio de la casa y luego en nuestras comunidades y así vamos recuperando los espacios, vamos llenando de oxígeno y también de frutas para las aves que tanto lo necesitan", señaló Jhonny Méndez, Director Ejecutivo de Codeforsa.
Si usted quiere sembrar un árbol pero no sabe donde conseguirlo, puede contactar con el vivero de Codeforsa al teléfono 2460 1055, a precios que van desde los 300 colones.
Desde 1915, por un decreto del entonces presidente Alfredo González, Costa Rica celebra el Día Nacional del Árbol, en esta época abrumados por la situación del coronarivus, las autoriades hacen un llamado a no dejar de sembrar árboles, pues sus hojas disminuyen la temperatura ambiental hasta seis grados, aumentan la humedad del ambiente, provocan lluvia, producen oxígeno y consumen dióxido de carbono.