Desde que tenía 27 años se aprendió el rosario y hoy, es conocida como la rezadora del pueblo en San Carlos.
Doña Rosita Castrillo tiene 40 años de rezar el rosario para distintas ocasiones en las casas de muchas personas en Ciudad Quesada.
Recuerda con mucha lucidez que fue Alberto Quirós quien le enseñó toda la ciencia detrás de rezar un rosario.
Además, recuerda a don Noé, quien por muchos años fue sacristán en la Catedral de Ciudad Quesada, como uno de los impulsores suyos a este oficio.
"Ellos me decían que aprendiera a rezar porque muchas de las personas que están atrás no saben ni contestar y así me arriesgué a rezar", contó.
A sus 67 años, doña Rosita disfruta de la pasión por rezar y llevar oración a familias del cantón, aunque ya sale menos.
Por ejemplo, los fines de semana ya no se dedica a rezar; lo hace entre semana y en eventos especiales como los rezos del Niño o, los rezos para personas fallecidas.
"Esto me gusta porque es pura devoción en el corazón, mucho amor a la Virgen Santísima y es servir porque es llevar ese granito de fe a las casas", dijo.
Sabe que cada vez es más difícil encontrar personas que recen rosarios por eso, a pesar de sus ocupaciones trata de no decir que no cuando la invitan a uno.
Sus compañeros inseparables son un librito con cantos, el rosario y la fe. Los misterios ya se los sabe de memoria, lo único que lee son las Letanías, que aún no logra memorizar.