Editorial

San Carlos es más que fútbol. Que unos pocos no afecten al cantón

Si yo supiera quiénes son esos irreverentes, sería la primera en denunciarlos. Pero, no lo sé y me muerdo la lengua.

Lo que sí sé, es que esto ya raya en lo absurdo y pasa que muchos tratan de justificarlo y normalizarlo.

¡No señores! Que pase en otros estadios no quiere decir que deba pasar en San Carlos. Que haya cosas más graves en otras aficiones, no quiere decir que debamos permitirlo.

Decir que Woodly fue a provocar, es como justificar a un violador porque la mujer andaba en short.

Guardar silencio también los hace cómplices.

Identificarlos y no sacarlos tampoco es de gran ayuda.

San Carlos Más que Fútbol, es un proyecto hermoso, aplaudido y alabado a nivel nacional pero ese veneno mortal de algunos, nos está dejando mal. Y no es que la gente no reconozca el esfuerzo y el buen trabajo de un torneo. Es que, POR AMOR A DIOS, hablamos de RACISMO. De ofender a gente negra por su color.

Díganme ¿por qué en pleno Siglo XXI un "aullido de mono", es un síntoma de supremacía?

San Carlos, definitivamente, es más que fútbol. Somos el cantón más productivo del país. Generamos el 50% de la piña que se exporta, el 50% de los tubérculos, 60% de la leche que se consume en el país, el 50% de la carne, 50% de cítricos, 25% de azúcar, el 95% de la electricidad que consuminos, etc.

¿Pero no podemos generar afición educada?

Será hora de que nos bajen los humos. Lo que pasa hoy es una verguenza. Todo el país nos tiñe de racistas, de ególatras, de polos y ¿Cómo contradecirlos?

Un simple partido de fútbol que terminó con un: "uh uh uh uh" a un jugador negro, acabo, por segunda vez consecutiva, con los logros de muchos para vendernos como un cantón próspero y progresista.

He defendido al cantón, a mi equipo, a la estructura, a las ideas, más de una vez pero hoy les digo: a mi no me metan en ese saco donde abundan los chabacanos.

Bien dice un adagio popular: "los buenos somos más".

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