¿Milagro o suerte? Cualquiera de las que usted considere pero, para quienes creen en Dios, esto es un verdadero milagro.
Eran las 6 y 30 de la tarde del sábado 01 de junio. Jordan Flores Romero tiene apenas un añito y como todos los bebés a su edad, aman la aventura y explorar.
Él estaba en la casa de su abuelita Paula Romero en el Saíno, en Pital jugando en el patio. En la puerta estaba doña Paula vigilándolo.
De pronto quiso tomar un palito para seguir su juego pero en la rama venía una serpiente coral que lo mordió cerca de su labio.
"Él estaba jugando en un planché y en eso se viene con una raja de leña pero yo vi que se quedó viendo algo, vi que se agachó y luego se suspendió para arriba pero yo no veo la serpiente porque apenas medía una cuarta de grande y le digo al abuelo que Jordan se lastimó la boquita con el palo y fue cuando él vio a la culebra", contó la abuelita.
No era cualquier serpiente, era una coral conocida como verdadera y de las más venenosas en el país. El abuelo de Jordan la mató de una vez pero, ya había mordido al niño.
"Cuando yo lo agarro lo que le veo son dos gotitas de sangre cerca de la boquita y llamé a mi hija pero a ella se le sube la presión y estaba muy asustada, yo lo único que le dije fue que hay un Dios que tiene poder y que va a impedir que ese veneno le afecte al bebé", relató doña Paula.
Jordan fue trasladado de emergencia al hospital San Carlos con todo y la foto de la serpiente que lo atacó para tener seguridad, la mordedura no era muy visible pero sí se rascaba y lloraba contó su mamá, Martha Flores.
Inexplicable
El hospital San Carlos dispone del antídoto que requieren las personas mordidas por una serpiente coral por lo que los médicos tenían todo listo para atender al pequeño pero, no lo requirieron.
"La parte clínica y los resultados no coinciden con que haya sido mordido por una serpiente sobre todo siendo una coral verdadera pero, si presentaba la lesión por mordedura visible e incluso traían la foto y coincidía con una coral verdadera", explicó Édgar Carrillo, director del hospital San Carlos.
Los médicos suponen que tal y como lo decretó su abuela, el veneno no ingresó al cuerpo de Jordan porque médicamente no hay explicación para que en solo dos días, el menor pudiera regresar a su casa.
"Lo vieron los pediatras pero él evolucionó tan bien que se le dio egreso el lunes en una condición clínica normal", añadió Carrillo.
Para la familia esto es un milagro, sin duda. Fieles cristianos se apegaron a la voluntad de Dios y hoy aseguran que será un recuerdo que guardarán toda la vida.
"Es algo inexplicable lo que pasó, solo el poder de Dios lo cubrió para que no le llegara el veneno a su cuerpo", dijo la mamá del bebé.
Jordan está en casa, bastante bien de salud y retando de nuevo a más aventuras y travesuras junto a su familia.
