En un espacio lleno de colores, muñecos de peluche, muchos libros, juguetes, legos y cuadernos pasa sus ratos Dayana Murillo Guzmán.
Por dicha, esta semana está de vacaciones porque de lo contrario, hacer la entrevista con ella hubiese costado mucho. Su agenda pasa llena.
"Los lunes voy a clases de solfeo, el martes a piano, el miércoles a ballet y baile contemporáneo, los jueves voy a banda a la escuela, canto, robótica y hip hop, y los viernes a ballet", contó sin ninguna agitación.
No es para menos. Dayana es una de los dos niños registrados como de alta dotación en San Carlos.
Tiene 11 años, cursa el quinto grado en la Escuela Carmen Lyra en Ciudad Quesada. Ama las matemáticas, la música y el arte.
Armando sílabas con letras magnéticas en la refrigeradora de su casa, aprendió a leer sola a los 3 años en español e inglés.
"Solo me dio curiosidad, lo quería hacer y solo le hice las preguntas a mi mamá y así aprendí", contó.
Ella dice no sentirse rara o diferente, es solo una niña. Pero sus calidades si son diferentes aunque ella dice ser una niña normal.
"Un día de estos, el profesor de matemática empezó a copiar en la pizarra los números de la página del libro que debíamos hacer, pero yo no quería esperar e iba haciendo las operaciones. Cuando el profesor terminó, yo también terminé pero de hacer la práctica", narró.
Es así, como ella ayuda a sus compañeros de clase. Generalmente termina antes que los demás y aparte de ser tutora de otros estudiantes, usa el tiempo libre en clase para leer los libros en inglés que compran sus papás.
Una niña en la UCR
Los papás de Dayana notaron sus cualidades desde pequeña. Incluso la sometieron a pruebas psicométricas en las que comprobaron que tiene capacidades altas.
Pero, no le dijeron su condición para no promover supremacía en ella. Dayana lo sospechaba pero hasta que quedó registrada como niña superdotada por el Ministerio de Educación comprobó su sospecha.
Lo entiende muy bien y lo sabe explotar tanto que a sus 11 años fue admitida en el Programa Básico de Piano de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica.
Desde hace un mes, ella va a la "U" a recibir clases de piano junto a jóvenes de hasta 25 años.
En medio de la conversación, interrumpe su papá Douglas Murillo y dice: "no crea que nosotros le dijimos que se meta en todo eso, ella lo eligió solita".
Y es que ese es el mundo de ella.
"Cuando estaba en la escuela quería vacaciones y ahora quiero volver a clases porque ahí tengo 7 horas para estar ocupada. Yo no soporto estar sin hacer nada", dijo ella.
Aún no tiene claro por qué se inclina, pero si sabe que en un futuro quiere ser pianista, bailarina o criminóloga.
En la escuela
En la Escuela Carmen Lyra saben la responsabilidad que tienen con ella.
Dayana recibe incentivo por medio del Departamento Psicopedagógico del centro educativo, que marca pautas a los docentes que la atienden.
"Ha sido una experiencia muy bonita. Hemos aprendido mucho de ella y ahora una de nuestras psicólogas anda en Estados Unidos, adquiriendo pruebas psicométricas para aplicarlas a todos los estudiantes", explicó Greivin Arrieta, Presidente del Centro Educativo.
Y es que según él y lo que detectan, al menos 2 estudiantes más tendrían alta dotación.
Desde 2015, una ley obliga al MEP a ubicar y registrar a estos estudiantes. A nivel Nacional ya hay 6 registrados y dos son de San Carlos. 10 estudiantes más están en estudio.
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