OPINIÓN

¿El próximo unicornio de Costa Rica? La millonaria oportunidad que se esconde en San Carlos

Por: Bernor Kooper C.

Cuando escribí un artículo en LinkedIn donde bauticé a San Carlos como "la New York de Costa Rica", no hablaba de edificios, sino de un espíritu: el de una región que nunca espera, que produce, invierte y crea riqueza con una fuerza arrolladora.

Hoy, ese mismo espíritu es el ingrediente secreto que podría cocinar el próximo "unicornio" tecnológico del país.

Un unicornio es una empresa joven, no listada en bolsa, valorada en más de 1.000 millones de dólares. Piense en gigantes como SpaceX o Stripe. Suena lejano, pero el camino para San Carlos es más claro de lo que parece, y no pasa por crear otra red social.

La verdadera oportunidad está en lo que la región ya hace mejor que nadie, pero llevándolo a una escala global mediante la tecnología.

La receta del éxito: Tecnología con sello sancarleño

Imagínese una empresa sancarleña que no solo venda piñas, sino que exporte al mundo un sistema de inteligencia artificial que le dice a cualquier agricultor del trópico cuándo y cómo regar, fertilizar y cosechar para maximizar su producción y minimizar el impacto ambiental. Eso es AgriTech.

O piense en una compañía que transforme los residuos de las cosechas en plástico biodegradable o combustible para aviones. Eso es Bioeconomía y una solución directa al problema mundial de la contaminación.

La próxima gran revolución no vendrá de un garaje en California, sino de una finca en la Zona Norte que supo conectar sus raíces con el futuro.

Las áreas con mayor potencial son claras: Agricultura Inteligente: Optimizar desde la siembra de yuca hasta la genética del ganado.

Finanzas para el Agro (FinTech): Crear seguros y créditos accesibles para pequeños y medianos agricultores en toda Latinoamérica.

Turismo Sostenible 2.0: Usar el modelo de La Fortuna para crear una plataforma
global de viajes responsables.

El imán para el talento y el dinero

En un mundo donde los jóvenes profesionales buscan calidad de vida, San Carlos es un paraíso. Ofrece naturaleza, seguridad y un costo de vida razonable. Esto, sumado al capital local que ya existe gracias a décadas de éxito productivo, crea un ambiente fértil.

Pero aquí es donde la visión se vuelve aún más audaz. A ese capital tradicional se podría añadir una nueva veta de financiamiento disruptivo: la minería sostenible.

Las proyecciones sobre el potencial aurífero en la región, que según estimaciones geológicas podría alcanzar un volumen de toneladas muy significativo, abren una puerta sin precedentes. Si se aborda con tecnología de punta y bajo los más estrictos estándares ambientales, esta riqueza del subsuelo podría convertirse en el capital semilla que catapulte a una docena de startups tecnológicas, financiando la innovación desde el corazón mismo de la tierra sancarleña.

El reto está lanzado. San Carlos tiene la gente, la tierra y el espíritu. Ahora necesita la audacia para dar el salto, para entender que su identidad local, desde sus cultivos hasta sus minerales, es su mayor ventaja competitiva en el mercado global. El día que lo haga, dejará de ser la "New York de Costa Rica" para convertirse, simplemente, en el San Carlos que le mostró al mundo cómo se crea un unicornio con los pies en la tierra.

Bernor Kooper Cordero
Profesor Universitario
Cédula 2 0480 0765

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