Con solo pasar por el lugar, ya sea en carro o a pie, el olor antoja. Una nube de humo que se desprende de una parrilla alcanza hasta el olfato menos sensible, a metros de distancia.
Conforme se acerca uno al lugar, el humo es más espeso y detrás está don Víctor Julio Morera Arrieta, el papá de los pinchos en Ciudad Quesada.
Desde hace 15 años una receta familiar se convirtió en el éxito de don Víctor, en un pequeño local contiguo al ICE en la calle barrio Hogar de Ancianos.
"Yo hice el localito, saqué patente y empecé a trabajar. Esos pinchitos son una receta que nos dejó un tío que tenía carnicería en Sucre y que hacía chicharrones, él nos heredó la receta y es la que trabajamos", contó.
El secreto es muy básico: amor y pasión, más la experiencia que se adquiere con el paso de los años y aprovechando los conocimientos de cocina de sus papás.
En algunas ocasiones también preparó lomos rellenos pero, el tamaño de su local lo limita ahora, a solo pinchos.
"Ya la parrilla se hace pequeña porque los pinchos se venden mucho y uno necesita también una persona que le ayude", dijo.
Aunque aseguró que prefiere trabajar solo porque dice que ahora cuesta encontrar personas que les guste el amor al trabajo y más, cuando se trata de comida.
Don Víctor enciende la parrilla todos los días a las 4 de la tarde y la apaga hasta las 10 de la noche.
En varias ocasiones prefiere descansar y alquila el local con todo y pinchos. Lo que pasa es que siente que no son los mismos de siempre y regresa al local y de nuevo, las ventas repuntan.
"La Choza de Morera" es de los puntos más visitados para complacer antojos de muchos y a diario.
A sus 68 años, don Víctor disfruta al mil por mil su trabajo más cuando las personas hasta se comen el pincho con él.
"Imagínese, aquí viene la gente y lo tira para arriba a uno y eso se siente lindo y más por que uno sabe que está vendiendo calidad", añadió.
Tiene pinchos de carne de res y de cerdo. Los acompaña con lo que él llama: camarón sancarleño, o sea yuca.
Es normal que empresas, para sus fiestas, le encarguen los pinchos a él. Incluso los tiene crudos para vender al por mayor, que las personas solo enciendan la parrilla y los cocinen.