El valor de una hielera luego de perderlo todo

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"Tomé esta foto porque me acorde que un día estuve ahí adentro sentado, con aire acondicionado, zapatillas, pantalón de vestir, camisa, recibiendo vacaciones, aguinaldo, bono escolar, sin la presión de un jefe que esté encima gritando y otras cosas. Y hoy estoy al otro lado del muro con mi hielera a cómo lo hace la mayoría de personas pulseándola para salir adelante".

Así, empieza el relato de la historia de Fran Solís, un sancarleño que tuvo todo lo que creyó necesitaba en su vida sin saber que más bien eso, lo iba a hacer perderlo todo.

Él, empezó, con 23 años, en su trabajo en el Poder Judicial. Entró como misceláneo pero su dedicación y esfuerzo lo llevaron a ascensos continuos y su vida empezó a cambiar.

De pronto, su estilo de vida era otro. Un ambiente distinto al que acostumbraba, lujos que no conocía. Una vida que no podía pagar.

"Empecé a sacar tarjetas de crédito, préstamos personales para poder llevar esa vida. Pasaba mucho en los bares y en una noche gastaba hasta 80 mil colones, compraba todo lo que veía y era un bola de nieve eso y toqué fondo. Duré hasta 3 años en ese juego", contó.

En ese juego que él llama, tuvo que dejar su trabajo. Su salario ya no le alcanzaba para pagar sus deudas y además préstamos informales en la calle.

Trabajaba y no recibía salario y en la calle, empezaban a cobrarle, los bancos llamaban. Apostaba a un dinero extra que sería su salvación pero no llegó. Lo que sí llegó fue una depresión que lo dejó en cama desde octubre del año anterior a enero de este año. Incluyó las ganas de quitarse la vida.

"Cada día eran más problemas, 3 meses tirado en una cama hasta que mi novia y mi mamá me hablaron. Dios me puso un ángel, una persona que me ayudó a llevar un taller de autocrecimiento y eso me ayudó muchísimo y empecé a ver la vida diferente y no vi más el problema, si no una oportunidad para salir adelante", dijo.

Así, fue como se levantó, reconoció sus errores. Sin nada, desde cero empezó de nuevo. Hizo arreglos de pago, negoció con los prestamistas y fue cuando vio en una hielera, la oportunidad de salir adelante.

"Empecé a vender frutas, en vasitos a 500 colones, ya llegó el COVID cuando apenas tenía un mes de haber empezado. Me esperé un mes más en casa y después volví. Un amigo me regaló una máquina de batidos, busqué vasos más grandes, sellé la fruta, más presentable; metí yogurt y granola y empecé a cobrar 750 colones, mango a 600 colones y jugos y así empecé", relató.

Fran sale con su hielera cargada con frutas todos los días en Ciudad Quesada.

Ahora, con su hielera recorre entidades públicas y privadas por todo Ciudad Quesada. Cargado con frutas y jugos recorre las calles todos los días, en busca del sustento. La hielera, se convirtió en su principal herramienta de trabajo.

Así, fue como salió adelante luego de perderlo todo.

Ahora, su sueño es convertirse en un motivador. De hecho, este tramo amargo le dejó, junto a su novia, una página que divulga mensaje motivacionales: Motivación Alfra

Aprovecha todos los cursos gratuitos para certificarse como conferencista, de momento no puede pagar por ellos y por eso se retrasa su capacitación.

Aprovecha también espacios en algunas empresas que le abren la puerta para contar su historia y calar en la vida de los demás.

"Antes de que empezara la pandemia di una charla en una empresa y eso es lo que he intentado y lo que busco. No cobro nada por que lo que busco es la oportunidad para ir mejorando cada día y en algún momento sí ya cobrar y poder pagarme las certificaciones", añadió.

La pandemia lo puso a prueba otra vez, las ventas de frutas se le vinieron a bajo y en esa desesperación de nuevo, decidió contar su historia, hacerla pública por medio de la página Fran Solís.

Esa fue la forma de, de nuevo sentirse aliviado: tratar de ayudar a los demás con su propio testimonio.

"Fue difícil por que lo primero que uno debe ser es humilde, aceptar que mi realidad era otra. Quiero que mi historia sirva de ejemplo para muchas personas. No busco que me tengan lástima si no impactar a las personas de una forma positiva", concluyó.

Con el paso de los días, las ventas empiezan a levantar y la esperanza de recuperar algo más se mantiene intacta.

Si quiere que las frutas lleguen a su casa o a su lugar de trabajo o bien, quiere que este testimonio llegue a sus colaboradores puede contactarle al 7109 6409.

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