Entre gallinas, tilapias, pollos y hasta huertas con figuras geométricas. Así aprenden los niños en Peñas Blancas

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En San Francisco, en Peñas Blancas de San Ramón la educación escolar es distinta que en otras partes del país.

Aquí, las aulas son verdes y además son parte de una finca pedagógica.

Por medio del cultivo de hortalizas en huertas con figuras geométricas o sistemas digestivos, los pequeños aprenden matemáticas, ciencias y otras materias más sin tener que depender de una pizarra y estar encerrados en cuatro paredes.

Este proyecto de enseñanza, no es nuevo, desde hace 17 años es la forma en la que los docentes enseñan a casi 300 estudiantes desde materno hasta sexto grado.

El mensaje es muy claro: formarse académicamente pero también aprender a trabajar y amar la tierra.

"La finca fue diseñada para que fuera pedagógica, con figuras como por ejemplo circunferencias en donde ellos llegan con mecates hacen los trabajos como sacar diámetro, área y más. Y así con otras figuras", explicó Eulin Chacón, directora del centro educativo.

los estudiantes tienen como trabajo en clase, la recolección de los huevos que ponen las gallinas de la finca. Luego los pesan y hasta hacen gráficos, cuadros y problemas matemáticos con ellos. Según González, no hay un tema del programa de estudio del MEP que no pueda hacerse en la finca.

El terreno de 5 mil metros cuadrados tiene 3 invernaderos, tilapera, gallinas, pollos de engordes, chanchera, ganado y hasta un sendero sensorial por donde los pequeños caminan descalzos y conocen sobre plantas medicinales.

"Ellos caminan y sienten en sus pies piedras de diferentes tamaños, el aroma de las plantas y al terminar el sendero van a ver el sistema digestivo formado por las piedras, es como una farmacia natural", añadió Chacón

La escuela tiene también un proyecto de siembra y cosecha de agua llovida que aprovechan para el lavado de sanitarios y estructura de la institución lo que les permite un ahorro significativo en el consumo del líquido.

El consumo eléctrico es otro de los ahorros que fomenta la institución al contar con paneles solares en convenio con Coopelesca.

El mensaje es claro: aprender, trabajar y amar la tierra. Imagen tomada antes de la pandemia. Cortesía de la institución

En esta escuela tanto su directora como maestros/as tienen clara la importancia de que sus pequeños puedan crecer académicamente pero también dar un valor agregado al fomentar el amor por trabajar la tierra y hasta por el ahorro con su cooperativa CoopeBurrito.

La intención del centro es convertirse en un modelo que pueda replicarse en diferentes partes del país por lo que reciben a menudo visitas de otros centros educativos que llegan a conocer el funcionamiento del proyecto que hoy, le asegura el país un futuro sin olvidar el valor de cosechar la tierra.

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