En medio de toda su familia, don Misael Murillo Cabezas. Él es uno de las personas más longevas de San Carlos. Apenas el 27 de julio anterior cumplió sus 103 años.
De camisa bien planchada, pantalón de vestir, faja, media y zapatillas, don Misael camina lento con su bordón pero, puede hacerlo por sus propios medios.
Nació en Tilarán y junto a su familia fueron de los primeros pobladores en llegar a la Laguna Cote en Guatuso. Luego se instauraron en San Carlos, donde se quedaron.
El ñampí con natilla o caldo de frijol es algo que no le puede faltar en la mesa como parte de sus secretos para mantenerse con buena salud.
"De chiquitillos comíamos lo que se nos atravesara. Trabajamos haciendo dulce, teníamos mucha caña y hacíamos el dulce y lo vendíamos en tapas con mis hermanos", contó.
Al llegar a San Carlos tuvo una pulpería en lo que hoy es el barrio El Carmen y ahí tuvo fama por los helados caseros que vendía.
Don Misael tiene 3 hermanos más. Uno de 101 años, y dos hermanas de 100 y 97 años contó su hija Odalía Murillo y quien es la que lo cuida en su casa en barrio El Jardín, en Ciudad Quesada.
Este roble es de las personas que pocas veces necesita de una pastilla o medicamento. Sus padecimientos médicos son mínimos, sonríe a menudo y uno de sus pasatiempos favoritos es contar historias.
Y como si fuera poco, tiene un humo bien fino:
¿Qué le puede decir usted a la gente para que vivan muchos años como usted?
-¡Diay! ¡Vivirlos! (Suelta carcajada)
Eso sí, nos reveló su secreto de la eterna juventud:¡Trabajar!
"Hay que cortar caña, moler, hacer miel, chorrear las tapas y todas esas cosas", contó.
Don Misael tuvo 7 hijos. Ahora, su descendencia es de 22 nietos, 30 bisnietos y 4 tataranietos. Su familia ahora es de 63 integrantes