¡Inspiración! Nena y Mary: Las primeras bachilleres de la familia Arias Corrales

Si es de los que pone pretextos para estudiar o terminar los estudios, lea esta historia. Rendirse nunca estuvo en los planes de estas hermanas que hoy, son el orgullo de su familia.

Esta es una de esas historias de inspiración que conmueven porque demuestra que, cuando hay voluntad todos los sueños son posibles.

Las protagonistas son Marielos y su hermana María Elena Arias Corrales, vecinas de Ciudad Quesada y quienes, tras muchos años de esfuerzo se convirtieron en las primeras en tener un bachillerato en educación media, de toda su familia.

Todo empezó hace cinco años, en plena pandemia, cuando una compañera de Mary, como la conocen, la motivó a empezar a estudiar. Ella trabaja como miscelánea en la Municipalidad de San Carlos y ahí fue donde recibió el empujón que necesitaba para empezar.

Para no ir sola, Mary invitó a una de sus hermanas, Isa, a ir a las clases con ella. Empezaron juntas, pero al tiempo, por cuestiones personales, Isa abandonó la misión con intención de retomarla luego.

Para ese momento, su otra hermana Nena ya estaba por terminar el segundo año, pero, no pudo seguir por cuestiones laborales.

Aun así, tiempo después, las tres pudieron terminar el tercer año juntas y obtuvieron su título de noveno año.

Bachillerato la meta

«Yo le dije a Nena, sigamos, no nos demos por vencidas. Ya hemos llegado hasta aquí y tenemos que seguir», contó Mary.

Ahora la meta era terminar el quinto año y tener, por fin, el título de bachillerato para aspirar a una mejor vida.

De forma ejemplar, ambas cumplieron ese sueño hace apenas una semana gracias a su educación en el CINDEA de San Carlos.

«Con muchos obstáculos porque uno entra a trabajar a las siete de la mañana y salimos a las cinco y de aquí correr al colegio, sin tiempo de ir bañarnos o algo y de ahí, salíamos a las nueve y cincuenta», relató.

Esta misma odisea la vivía Nena por su trabajo. De ahí que las lágrimas acompañaron en muchas ocasiones a estas valientas, con el tiempo mínimo para estudiar para los exámenes pues, además, tienen sus obligaciones en casa.

«Solo podía estudiar domingos porque los sábados los agarraba para hacer oficio y atender a mis dos hijos», dijo Mary.

A pesar del cansancio, nunca se dieron por vencidas. Llegar del colegio a hacer comida, alistar todo para su trabajo y lo de su familia para el día siguiente era pesado, pero, la fuerza era más grande.

Los hijos ayudaban con las tareas del colegio, amigos fueron parte del viaje, la familia alentaban, pero agradecen a Dios esa fortaleza.

En diciembre anterior perdieron los exámenes por apenas un punto. Pero, como eso de rendirse no es lo de ellas, a mediados de febrero los volvieron a hacer y, ahora sí: Nena y Mary, son bachilleres.

Obvio, ahora van por más. Mary quiere estudiar administración de empresas y Nena sueña con estudiar preescolar.

Lea también: