En Tujuncar 1 de Guatuso está la finca Añoranza. Se trata de una finca doble propósito, es decir produce ganadería de carne y de leche y es una de las 320 en esta zona que, son parte del Programa Adaptados, fincas adaptadas al cambio climático.
Gracias a este programa, los propietarios recibieron todo el equipo inmobiliario para habilitar una quesera como premio por sus logros sostenibles.
Este programa lo que trabaja en la adaptación climática en fincas de la región Huetar Norte. Y en el caso de Añoranza, ese trabajo tuvo que ver con la reforestación completa de un área dentro de la misma finca.
Adaptados, es un programa de Fundecooperación y el MAG que incentiva a productores a mejoras para adaptarse al cambio climático.
En Juanilama de Pocosol hay otro ejemplo.
“Lo que tenemos es un corral que no teníamos, pastos mejorados y gracias a que tengo buenos pastos se me ha subido mucho la producción. Antes lo que entregaba de queso eran 25 kilos y ahora son 45 kilos”, contó Lisbeth Jiménez, la propietaria de la finca.
Esta finca tenía antes de ingresar el programa, 8 potreros y ahora tiene 36. El proyecto le dio un tanque para mantener agua y así mantener frescos a los animales.
Las fincas del futuro ya llegaron
El programa Adaptados inició hace 5 años en esta región Huetar Norte. Desde entonces, un promedio de 60 fincas se suman cada año a la adaptación al cambio climático con acciones específicas.
En total, ya son 320 fincas con medidas de adaptación. El viernes anterior, Fundecooperación y el MAG revelaron los resultados de las primeras 75 fincas que se incluyeron.
“Celebramos a estas familias que han demostrado con acciones cambios como bancos forrajeros, cosecha de lluvia, separación de apartos, cercas vivas y muchas otras medidas, que la preocupación por ejemplo de si llueve mucho o deja de llover, es mucho menor”, dijo Marianella Feoli, directora ejecutiva de Fundecooperación.
El programa, incluye distintos componentes que se incorporaron de finca en finca:
Además de lo que el plan les da a los beneficiarios por medio del Fondo de Adaptación Climática, también tienen acceso a créditos con condiciones especiales, para que también inviertan en sus fincas.
Adaptados se implementa en fincas pequeñas, de no más de 15 hectáreas. De hecho, el proyecto se denominó Plan de Fortalecimiento de la resilencia del pequeño productos agropecuario ante el cambio climático.
“Recordemos que en los últimos años hemos estado muy impactados por el cambio climático y necesitábamos un proceso que permitiera sostener esos medios de existencia de nuestros productores en la zona rural, con acompañamiento técnico, apoyo financiero y buscando siempre las mejores prácticas sostenibles”, explicó Fernando Vargas, director regional del MAG.
Hay fincas sostenibles en Upala, Guatuso, Los Chiles y Pocosol y Cutris de San Carlos.
Al final, estas primeras 75 fincas fueron escuelas para el resto y para ello, se prepararon de forma más resilente.
Cambios en detalle
En las fincas sostenibles y adaptadas al cambio climático hay diversas fuentes para la alimentación animal, se practica el ensilaje, el cultivo de bancos forrajeros, manejo y rotación de potreros; se administra el recurso agua para las diferentes actividades de la finca, así como su conservación y manejo, se construye infraestructura para la cosecha de lluvia; se protegen nacientes y fuentes de agua mediante el cultivo y protección de árboles y respeto de las áreas de retiro.
Los productores, además, reciben capacitación en Buenas Prácticas Agrícolas, Buenas Prácticas de Producción y Buenas Prácticas de Manufactura, para un adecuado manejo de los procesos productivos y del almacenamiento de los diversos insumos para la finca, evitando contaminaciones.
Además, hay fortalecimiento en el uso adecuado de los desechos orgánicos e inorgánicos, los cuales se utilizan para preparar abono orgánico, riego de purines, lombricompost, biodigestores, entre otros, minimizando los gastos. Los rastrojos, incluso, se usan en la alimentación del ganado o en la elaboración de compostajes.
En la elaboración de los planes de finca y la definición de las tareas que deben realizarse participa toda la familia productora, con sus aportes y experiencias, lo que ha contribuido con lo que fortalece la integración de la familia y el compromiso de cada miembro con la sostenibilidad de la unidad productiva.
“Antes yo tenía un corral de barro y gracias al programa ahora tenemos diferente forma de trabajar, con más inocuidad, con más maquinaria como una picadora de pasto para alimentar el ganado, tenemos ordeñadora, fertiriego y tenemos una producción más alta”, comentó Migdalia Masís, de la Finca Sabas.
En San Jorge de Los Chiles también están don Carlos Solórzano y doña Seidy Chaves, ambos propietarios de la Finca Nana de 5 hectáreas y donde la implementación de prácticas específicas les cambió la vida.
“Pudimos hacer mejoras en la infraestructura del corral con piso de cemento, el techo por estaba sin techo y la construcción de una quesera”, contó Seidy.
Pero además, aprovecharon parte de los materiales para hacer una estructura para criar cerdos y venderlos y adicional, construyeron aceras para mejorar los caminos.
“En el marco de la NAMA Ganadería y de la Estrategia Nacional de Ganadería baja en Emisiones de Carbono, la meta regional, contemplada en el Plan Nacional de Desarrollo, es 422 fincas adaptadas en 2022”, dijo Renato Alvarado, Ministro de Agricultura y Ganadería.
En total, la inversión fue de $750 mil que aportó el programa y que se convirtieron en infraestructura y equipo para los beneficiarios.
Estas fincas también servirán como escuela a fin de facilitar la transferencia de tecnologías a otros productores y productoras que tengan interés en adaptar sus fincas a este sistema de producción sostenible.