Licorera Otto Vargas: Un negocio sancarleño a prueba del paso del tiempo

El negocio, costado sur del INA en Ciudad Quesada, suma 48 años de historia. Nació cuando solo las licoreras vendían licor pero la competencia no lo arruga.

Pasaron ya 48 años desde que el conocido don Otto Vargas abrió aquél negocio único en Ciudad Quesada.

Este es un negocio sancarleño a prueba del paso del tiempo, a los cambios en las leyes de venta de licor y hasta a una pandemia.

La Licorera Otto Vargas aún es el sitio favorito de muchos sancarleños para sus compras, sobre todo en esta temporada de actividades navideñas.

La atención personalizada, las sonrisas y la unión familiar son parte de la receta que mantiene abierto este local pese a la fuerte competencia que hoy hacen supermercados y hasta mini supermercados que venden licor.

Desde hace años la administración tuvo un cambio generacional pero, siempre a cargo de la familia.

"Yo lo tomé en 1985, ya tengo 38 años de tener el local pero papá siempre ha estado con nosotros, él es un pilar fundamental. Fue el que nos enseñó a trabajar y lo que se requiere saber. Siempre ha sido un negocio familiar", contó Otto Vargas hijo.

El negocio se mantiene costado sur del INA en Ciudad Quesada y mantiene sus ventas de licores nacionales, extranjeros y finos. Además, le agregaron algunos otros productos relacionados.

Aunque ahora es más fácil ir al "super" por una cerveza o por licor, algunos sancarleños mantienen la tradición de visitar a don Otto hijo que atiende junto a su esposa y sus hijos.

"La competencia ahora es muy grande por que incluso hace algunos años atrás, las patentes de licor estaban más reducidas y por ese lado teníamos una cobertura muy grande e incluso con entregas a domicilio y rutas", relató.

Mantener un buen surtido es parte de la estrategia que implementa la familia Vargas. Cortesía.

Al paso del tiempo las patentes se hicieron de más fácil acceso y eso empezó a limitar la distribución de esta licorera.

"Nosotros teníamos clientes que venían desde Santa Clara o Florencia y ahora, mucho cliente de ese ya no nos visita por que allá pueden comprar y la clave para mantenernos ahorita, ha sido el trato al cliente, honestidad y mantener un buen surtido", dijo Vargas.

A esto agregan la atención característica, explicaciones sobre combinaciones de licores, tipos acorde a los menú de las actividades y el compartir toda esa experiencia que suman a los largo de estos casi 50 años.

Para ellos, sin duda, diciembre es parte de la temporada alta de este negocio que registra aumento de ventas sobre todo a esos clientes que buscan surtido, buenos precios, buena atención y una sonrisa a cambio.

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