Memorias de fuego y ceniza: impresionantes fotografías del volcán Arenal a 57 años de su primera erupción

Le mostramos una serie de imágenes captadas por don Olger "Koky" Aragón a través de los años.

La mañana del 29 de julio de 1968, una violenta erupción cambió el paisaje y la vida de cientos de familias en La Fortuna y alrededores. El Arenal, que hasta ese momento se creía inactivo, hizo erupción sin aviso y arrasó con comunidades enteras.

A 57 años de ese evento, imágenes del lente de Olger Aragón, mejor conocido en La Fortuna como Koky, retratan la fuerza del coloso y la transformación del paisaje.

Un testimonio visual que, con el paso del tiempo, también se abrió al desarrollo turístico de ese distrito.

Don Olger Aragón es vecino de La Fortuna y por muchos años pudo captar imágenes impresionantes del volcán Arenal. (Cortesía).

"La mayoría de la gente me conoce como Koki el fotógrafo, yo llegué a La Fortuna cuando tenía 3 años. Ya joven trabajando en veterinaria mandé a comprar dos cámaras e inició esta pasión por la fotografía, nunca me cansaré de hacerle fotos a este volcán hasta el último momento, cada disparo fue un pulso del volcán", contó a este medio.

A continuación, podrá leer un relato que don Olger recuerda previo a tomar cada fotografía.

Don Olger captó esta imagen desde el río Tabacón. (Olger Aragón/Cortesía)

"Esta fue exactamente dentro de las instalaciones de Tabacón, esa noche no iba de fotógrafo, iba a bañarme, pero empecé a ver el volcán activo y dije aquí no se puede perder la oportunidad, es una fotografía de larga exposición".

Esta fotografía fue una de las más vendidas por don Olger. (Olger Aragón/Cortesía)

"Esa foto fue número 1 en ventas, me llamaba la atención porque era como tener ese león rugiente encima, el volcán está encima del pueblo, de la gente, había que levantar la cabeza y ver hacia arriba para ver esas erupciones que se levantaban, la vista impactaba mucho", relató.

Según contó a este medio, entre 1993 hasta el 2000 logró vender 100 mil postales por año de las diferentes fotografías que logró captar.

Año 1998, una avalancha arrasa con todo lo que encuentra a su paso. (Olger Aragón/Cortesía)

"Si, daba miedo estar frente a este coloso, cuando descargaba su furia, ya habían muerto casi un centenar de vecinos en la década de los 60", recuerda Koky.

Otra de las constantes avalanchas que ofrecía el Arenal a quienes visitaban la zona. (Olger Aragón/Cortesía).

En el pasado, al coloso se le llamaba con otros nombres como Los Ahogados, volcán de Costarica, volcán del Río Frío, cerro Arenal, Pan de Azúcar, volcán de los Canastes o Pelón.

Esta otra avalancha la captó don Olger en el año 1993. (Olger Aragón/Cortesía).

"Estar allí a la hora de la erupción era solo para mí, absolutamente nadie más con otra cámara", rememora don Koky.

Don Olger captó esta imagen durante una madrugada. (Olger Aragón/Cortesía).

"Esta fotografía fue captada a las 2 de la mañana, vino una delegación de la Revista National Geographic y me ofrecía pagar por ella y pues claro, se las vendí", cuenta don Olger.

El nombre Arenal proviene del hecho de que sus lavas y productos explosivos (piroclastos) se desintegran al caer al suelo y originan arenas. (Olger Aragón/Cortesía).

"Esta foto fue capturada en los 90 cuando aún no era parque Nacional. y todos entrábamos libremente por el costado oeste del Arenal", relata Koky.

La intención de don Olger es poder dejar un legado de esos momentos únicos del volcán, hasta piensa en una especie de museo para conservar esas imágenes que marcaron una época.

Desde el 2010 el volcán se encuentra dormido; es decir, sin erupciones de lava. (Olger Aragón/Cortesía).

Al volcán Arenal lo catalogan como el más peligroso de Costa Rica en cuanto a potencial de hacer daño, de acuerdo con el vulcanólogo Guillermo Alvarado Induni, investigador de la Red Sismológica Nacional (UCR-ICE).

El nombre Arenal surge porque que sus lavas y productos explosivos (piroclastos) se desintegran al caer al suelo y originan arenas.

El volcán Arenal, de forma cónica, se yergue aproximadamente a 1720 metros sobre el nivel del mar. (Olger Aragón/Cortesía).

Aunque el Arenal dejó de latir con furia desde 2010 don Olger aún vive con cámara en mano, tiene su propio foto estudio, realiza fotografías de bodas y no pierde de la fe de que, en algún momento, el coloso le vuelva a permitir captar una erupción.

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