Su nombre era "George", en 2011 se convirtió en el último superviviente de su especie y llevó una vida solitaria en una jaula hasta el pasado 1 de enero cuando murió.
George era un caracol hawaiano y tenía aproximadamente 14 años. De las más de 750 especies de caracoles terrestres que habitan las islas de Hawái, la suya fue la primera en ser descrita por la ciencia.
David Sischo, biólogo del Programa de Invertebrados de Hawái, describió a George como “un caracol tímido” y dijo que nunca lo había visto fuera de su concha hasta cumplir los diez años.
El caracol hawaiano cumplía una función importante en el ecosistema. Habitaba en los árboles y se alimentaba de los hongos que crecían sobre sus hojas, ayudando a mantenerlos libres de enfermedades, además descomponían el material sólido que queda en la tierra después de la erosión y ayudaban a regenerarla.
En 2017 los científicos cortaron dos milímetros del pie de George con una hoja de afeitar estéril y los enviaron en un frasco al zoológico de San Diego, donde permanecen congelados y a la espera de que en el futuro pueda ser clonado.
Las especies animales han hecho lo posible por adaptarse a las perturbaciones de su hábitat. Comprender sus ritmos y procurar su supervivencia es una tarea que ahora recae en nosotros.