OPINIÓN

Parquímetros en la Municipalidad de San Carlos: ¿Solución para qué?

Por: Nelson Ugalde Rojas

Desde 2016, la Alcaldía de la Municipalidad de San Carlos presentó el proyecto de parquímetros en Ciudad Quesada como una estrategia para ordenar el centro urbano, siguiendo el ejemplo de otras ciudades como San José. La propuesta tenía como objetivo gestionar mejor los espacios públicos y controlar el flujo vehicular, principalmente en áreas donde operan instituciones públicas. El proyecto se fundamentó en un estudio realizado por la Dirección General de Ingeniería de Tránsito del MOPT en 2014, titulado “Reordenamiento vial del casco central del Distrito Ciudad Quesada”.

En su momento, este plan generó cambios repentinos en la ciudad, como la demarcación en amarillo de gran parte de los cordones de caño del casco urbano, lo que fue percibido como una medida impulsiva. Como regidor durante esa época, recuerdo haber recibido múltiples quejas de los ciudadanos por la forma en que se ejecutaron estas acciones sin la debida socialización, lo que obligó a la administración a hacer correcciones con costos adicionales. Sin embargo, de estas dificultades surgió la oportunidad de abrir espacios de diálogo con diversos sectores para discutir posibles soluciones.

Fue en ese contexto que propuse la elaboración de un plan piloto de movilidad urbana que ofreciera soluciones integrales para enfrentar los desafíos de una ciudad no planificada. El propósito era diseñar un enfoque que priorizara al peatón en lugar del vehículo, aprovechando los estudios ya disponibles. A pesar del potencial del plan, lamentablemente, no recibió el respaldo necesario por parte de la Alcaldía, que insistía en que los parquímetros eran la solución principal. Con el tiempo, quedó claro que se trataba de una pieza dentro de un rompecabezas más amplio, y no de una solución en sí misma.

Los desafíos en la implementación de los parquímetros

Si bien la intención inicial era contribuir al ordenamiento urbano, los regidores de esa época tuvimos que moldear el proyecto para hacerlo lo más adecuado posible, dadas las limitaciones políticas y técnicas. En 2017, establecimos parámetros para que la contratación incluyera tecnología de punta, minimizara el uso de papel e integrara al comercio local. También se acordó que los fondos recaudados se destinarían a la seguridad ciudadana y que los costos de inversión y logística los asumiría el contratista para reducir riesgos financieros para la Municipalidad.

A pesar de estas disposiciones, la administración tardó en formalizar el proceso de contratación, que se extendió hasta febrero de 2020. La implementación se inició finalmente en 2021, en un contexto complicado por la pandemia, lo que afectó la dinámica comercial y social. Muchos negocios ya enfrentaban dificultades debido a múltiples factores y, aunque los parquímetros no fueron la causa directa de sus cierres, su introducción sin un plan de movilidad integral no contribuyó a revitalizar el comercio local.

Impacto en la dinámica urbana

El cambio que representaron los parquímetros fue significativo, especialmente en un momento en que la sociedad se estaba adaptando a los efectos de la pandemia. Si bien los parquímetros facilitaron la vida de algunos usuarios, su implementación sin una estrategia clara para incentivar la movilidad peatonal resultó en que muchas personas prefirieran acudir a centros comerciales en lugar del centro urbano. Esta omisión del gobierno local debilitó la atracción del comercio en Ciudad Quesada, poniendo de relieve la importancia de que estas medidas formen parte de un proyecto planificado y no se reduzcan a soluciones aisladas.

Los horarios establecidos, de 7:00 a.m. a 7:00 p.m., también podrían ajustarse para responder mejor a las necesidades de la ciudad. Por ejemplo, la mayoría de las instituciones cierran entre 4:00 y 5:00 p.m., por lo que sería razonable limitar la restricción de los espacios públicos hasta las 6:00 p.m. Además, podrían incentivarse horarios laborales más flexibles o actividades que atraigan a consumidores fuera de las horas tradicionales. Sin embargo, parece que la única solución promovida por la Municipalidad ha sido la instalación de los parquímetros, lo que ha generado una sensación de abandono en el comercio local.

¿Ordenar o cobrar? El cuestionamiento esencial

Los parquímetros, concebidos como una herramienta para el ordenamiento urbano, se presentaron también como una fuente de ingresos para la seguridad ciudadana. Sin embargo, el enfoque ha cambiado, y la preocupación principal parece haberse reducido a la recaudación de fondos. Esto plantea dudas sobre los resultados obtenidos hasta ahora: ¿Se han cumplido las proyecciones de los estudios de factibilidad? ¿Se han invertido los fondos recaudados en seguridad de forma efectiva? ¿Cuánto impacto han tenido en las mejoras viales y la recuperación del espacio público? Sin acceso a esta información, es difícil evaluar si se ha logrado el objetivo principal de mejorar la calidad de vida en el casco urbano.

Lecciones para La Fortuna y otros distritos

Uno de los distritos que requería una planificación urbana más cuidadosa es La Fortuna, dada su importancia turística. Era necesario diseñar un plan sostenible que incluyera embellecimiento, arborización, y zonas de descanso que invitaran a los turistas a permanecer en el centro. Además, el proceso de implementación debería haberse basado en una consulta amplia con comerciantes, hoteleros y ciudadanos, e incluso considerar la retroalimentación de los turistas. Sin embargo, la falta de planificación y socialización adecuada ha sido una constante, como lo demuestran problemas en la demarcación vial y la ausencia de estacionamientos para transporte público.

La contratación del servicio de parquímetros también genera inquietudes. Si bien se utilizó la modalidad de licitación de cuantía inestimable debido a la incertidumbre en los ingresos y costos, es fundamental que el proceso incluya fases de expansión diferenciadas según las características de cada distrito. La falta de claridad en el cartel licitatorio podría comprometer la ejecución eficiente del proyecto, y cualquier extensión de los plazos requerirá la autorización de la Contraloría General de la República.

Conclusión: ¿Qué objetivo persiguen los parquímetros?

Los parquímetros tienen el potencial de ser una herramienta útil para el ordenamiento urbano, pero deben formar parte de una estrategia más amplia que priorice la movilidad sostenible y la calidad de vida. La implementación debe estar acompañada de planificación, empatía y profesionalismo, con una participación activa de la ciudadanía. El gobierno local tiene la responsabilidad de replantear este proyecto y responder a la pregunta fundamental: ¿Los parquímetros son una solución para el ordenamiento urbano o simplemente una fuente de ingresos?

Seguiré insistiendo en que las cosas pueden hacerse mejor, con mayor seriedad y respeto hacia los ciudadanos. No podemos resignarnos a que buenas ideas terminen ejecutándose como ocurrencias. Es hora de replantear este proyecto para que realmente aporte al desarrollo de la ciudad y al bienestar de sus habitantes.

Nelson Ugalde Rojas
Expresidente Municipal

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