¿Será por desconocimiento de las medidas que nos protegen de la infección? o ¿porque hay un componente actitudinal que sumado a la práctica, se atenta contra la salud pública de un país?
Lo cierto es que a veces la ignorancia intencionada tiene una cuota de responsabilidad en no permitirnos entender que, para que haya cadena de transmisión debe haber omisión en las buenas prácticas de distanciamiento físico, lavado de manos, desinfección de superficies y entender que el virus que nos amenaza está potencialmente presente en cualquier persona.
No es válido el populismo en medio de una emergencia sanitaria, cuando todas las intenciones deben estar dirigidas a la solidaridad sin distinción social ni geográfica en una nación que se caracteriza por gritar a libre voz "Salve oh tierra gentil, salve oh madre de amor".
El conocimiento técnico basado en evidencia científica, los criterios objetivos que garantizan seguridad a nuestra población, no deben ser vulnerados por la ignorancia de pocos.
Costa Rica ha sido vista desde la Salud Pública y es ampliamente conocida como un faro sanitario que trasciende fronteras.
La pandemia llegó de la mano de un aumento esperable de casos, sin que esto signifique que no tengamos las herramientas requeridas para cortar la cadena de transmisión de la enfermedad.
Los esfuerzos deben estar bien dirigidos, sin cortinas que distorsionen las buenas prácticas de la población; solo así, con la suma de todos podremos combatir a un enemigo silencioso e invisible que amenaza la salud de nuestra población.
Por: Dr. Melvin Anchía Villalobos.
Cédula: 205340075
Epidemiólogo Región Huetar Norte.
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