Por una bacteria que contrajo en el Darien perdió una pierna. Hoy cuenta su historia desde el Hogar de Ancianos

Don Jorge perdió todo lo que tenía al cruzar el Darien, incluso una de sus piernas. Flamante entrenador de artes marciales e instructor de policía venezolana quedó en el camino, con el sueño americano sin cumplir. Hoy, vive en el Hogar de Ancianos en Ciudad Quesada.

A los 72 años, don Jorge Asimbaya vive uno de los episodios más tristes de su vida. El sueño americano acabó con todas las ilusiones que él y su familia tenían de una nueva vida en Estados Unidos.

Hoy, don Jorge es uno de los 65 adultos mayores internos en el Hogar de Ancianos San Vicente de Paul, donde encontró un lugar donde dormir, comer, ropa y sobre todo, donde le ayudan y recibe amor.

Ahí llegó hace poco más de un mes, cuando le dieron salida del Hospital San Carlos y no tenía donde ir a pasar su convalecencia.

Paso por el Darien

Don Jorge salió de Venezuela hace 5 años hacia Ecuador. En Venezuela montó un gimnasio pues es un reconocido instructor de Taekwondo, fue instructor de escoltas en Venezuela, instructor de la policía y de la casa militar pero, los problemas en su país lo hicieron migrar.

La odisea de viajar a Estados Unidos la inició con uno de sus hijos y la familia de él: la esposa y tres nietos. Salieron de Quito hacia Panamá y luego de 11 días en la selva del Darien, la vida le cambió.

"Cuando yo salí de ahí de Panamá hacia acá, tenía aquí un piconcito no más (se señala la parte inferior de la pierna) y a los dos días ya me vi la pierna roja y que me brotaba sangre. Al llega a Costa Rica ya no aguantaba el dolor y acá en San Carlos pedí ir al hospital", contó don Jorge a SCD.

Su familia lo llevó al hospital San Carlos donde, de emergencia, tuvieron que operarlo. Una bacteria carcomía su pierna y la única forma de salvar su vida, fue amputarle la extremidad.

"Yo hablé con mi hijo y le dije, qué más toca, me voy a cortar la pierna y ahí estuve casi un mes en el hospital y el día que me dieron de alta, mi familia estaba durmiendo en una Iglesia. Me llevaron ahí pero ellos ya tenían que seguir y yo no podía viajar por el tratamiento", narró.

Tras algunas averiguaciones, dieron con el Hogar de Ancianos San Vicente de Paul donde tocaron la puerta y le abrieron la posibilidad de quedarse ahí.

Don Jorge asegura que quiere quedarse en el país y retomar sus actividades como entrenador de artes marciales. Foto: SCD.

La familia de don Jorge siguió su paso hacia México donde quedó varada y a la espera de soluciones mientras él, está decidido a quedarse en Costa Rica.

"Yo nunca conocí Costa Rica y me siento orgulloso de estar aquí, por que el único país que ayuda a mi gente es Costa Rica, son muy humanitarios. Aquí me bañan, aquí como, me cambian de ropa. Yo me quedé sin nada, perdí todo en la selva", apuntó.

Gracias a las terapias que recibe en el centro, su calidad de vida y movilidad empieza a mejorar. Un corazón solidario le regaló un teléfono celular para que pueda tener comunicación constante con su hijo y su familia.

Su sueño es recuperarse y lograr una prótesis para retomar sus proyectos de capacitación en artes marciales e incluso, abrir un grupo dentro del mismo hogar de ancianos.

Mientras la administración del centro hace las gestiones para poder asegurarlo y además, conseguir la prótesis con la que sueña para recuperar su vida deportiva.

Lea también: