Por muchos años, la entrada a Ciudad Quesada, en Sucre, tuvo un peaje voluntario a cargo de la Asociación Pro Carretera Florencia - Naranjo.
La finalidad siempre fue recaudar fondos para autogestionar la operación del grupo de representación civil en la lucha por tener una carretera.
El cobro era de ¢50 pero, de forma voluntaria y aunque nunca tuvo permiso del MOPT para operar, significó un monto importante para la asociación.
Con parte del dinero recaudado el grupo incluso donaba combustible al MOPT para los primeros estudios que determinaron por donde pasaría la Punta Norte.
"Con el dinero del peaje se compraron los terrenos para que la carretera saliera al Liceo, todo es pedazo ahí de la radial en Ciudad Quesada. Era muy poquito dinero pero nosotros lo hacíamos rendir", recordó Victor Lizano, vicepresidente de la asociación.
En una reciente rendición de cuentas, el grupo defendió que gracias a ese peaje es que hoy los sancarleños tienen la Punta Norte construida. Fue la asociación la que donó los terrenos al MOPT para la construcción.
Además, el abrir la trocha entre Florencia y Ciudad Quesada fue derribar selva virgen en la que de forma constante, la maquinaria sufría daños. Con esos mismos dineros, podían atender las reparaciones.
"Se ayudó al MOPT con repuestos, con llantas, con muchas cosas para que el proyecto pudiera seguir avanzando. Tal vez mucha gente percibía que recaudábamos mucho dinero pero de cada 10 personas que pasaban, si acaso 3 pagaban", añadió Rafael Solís, presidente del grupo.
Todo eso ocurrió incluso antes de que ese tramo tuviera siquiera diseños. Es decir, los integrantes de la asociación durante la década de los 90 fueron algo así, como los pioneros del Tramo Central y donde incluso, algunos de ellos donaban tiempo maquinaria para abrir paso.
Como parte de la rendición de cuentas, el grupo pagaba anuncios en medios de comunicación con las acciones desarrolladas con esos dineros.
El proyecto de peaje operó gracias a la colaboración de Coocique que, destinó dos cajeros a tiempo completo para el cobro y la administración. La cooperativa además, administraba los recursos.
El peaje desapareció cuando los conductores dejaron de pagar. La cooperativa desistió de aportar los cajeros pues, la gente no paraba.
Lo que la asociación no detalló durante su rendición de cuentas, fueron sobre los montos recaudados e invertidos en el proyecto.