Salir de misa un domingo e ir por un helado de sorbetera era uno de los momentos más esperados en la Costa Rica de antaño.
Estos tradicionales helados endulzaron la vida de cientos de generaciones y hoy, una familia sancarleña revive la tradición.
Tatiana Cubillo es vecina de Ciudad Quesada, ella junto a otros familiares decidieron sacar del baúl de los recuerdos la receta de su bisabuela y poner en marcha un emprendimiento que lleva como nombre Sorbetera de Calde.
"Uno de mis familiares quedó sin trabajo por el covid-19 y se tomó la decisión de que había que hacer algo y se empezó nuevamente a hacer los helados de la bisabuela", contó Cubillo.
Con poco tiempo de iniciar, el proyecto familiar tomó relevancia entre quienes probaban el producto y según cuenta Tatiana, la producción a veces no alcanza para todos los pedidos que reciben.
Por ahora disponen de 3 sabores que son la crema tradicional de sorbetera, Natilla y Mora, todos a base de leche.
La pinta, como popularmente se le conoce al envase del helado es de 16 onzas y tiene un costo de 3.100 colones.
"En la primera semana, el viernes a las 6 de la tarde ya teníamos la producción y a las 9 de la noche ya teníamos agotado todo. No es un helado común y corriente", dijo Cubillo.
Si usted quiere hacer su pedido de helado y pasar una calurosa tarde con familia y amigos disfrutando de los helados de sorbetera puede escribir un mensajes de WhatsApp al teléfono 70768552.
Las entregas se hacen en Ciudad Quesada y alrededores.
La sorbetera es una máquina, un barril de madera con forro de aluminio que permite almacenar hielo y que este se conserve al mezclarlo con sal gruesa.
Quienes los hacen, depositan la crema del helado y con una polea dan vueltas hasta hacer el producto.
Los helados de sorbetera tomaron popularidad en el país previo al año 1900, y a pesar de la llegada del helado de crema y congeladores comunes, hoy algunos emprendimientos consiguen mantenerse vigentes y aportar su granito de sabor a las nuevas generaciones.