Su fachada opaca y las cortinas metálicas llenas de óxido avisan que, uno de los emblemáticos centros de estudio, aprendizaje y lectura para cientos de sancarleños, apenas y puede sobrevivir al olvido.
Adentro, la situación se confirma: el comején, la humedad y las goteras amenazan con la vida de poco más de tres mil libros.
Desde 1993 el edificio municipal Adrián Chacón Madrigal alberga la biblioteca pública en Ciudad Quesada pero, el paso del tiempo empieza golpear la estructura y a pasar factura.
El aire acondicionado juega un papel fundamental en la biblioteca pues el sistema, permite extraer la humedad y con ello, evitar el daño en los libros. De 5 sistemas de aire que tiene la estructura, 3 están dañados y solo 2 funcionan.
Es decir, en la planta baja, de dos dispositivos que hay solo opera uno y en la segunda planta, en el área de estudio, los 2 que hay no sirven.
Eso implica que, a pesar de la ventilación natural el espacio se vuelva casi en un sauna cuando el sol pega directamente durante las tardes. Horas en las que a diario, se imparten talleres para niños y adultos mayores.
Caminar dentro del edificio implica toparse con baldes en diferentes puntos, que son los se encargan de almacenar el agua que cae por las goteras.
En un recorrido que hizo SCD, la imagen es clara al subir al segundo piso, en las gradas las cubetas están listas por si empieza a llover.
Y es que por este mismo punto, el agua tiende a filtrarse y termina cayendo sobre los estantes, y si no se toman las previsiones del caso, los libros de terminan dañando.
Tal es el caso, que los mismos funcionarios tuvieron que tapar con plástico negro una parte los estantes para resguardar el material.
Del techo de la estructura no solo cae agua de las goteras, también hay que lidiar con el polvo de que genera el comején mientras devora de a poco parte del cielorraso.
En el techo de uno de los baños, las manchas de la humedad reflejan el deterioro y la falta de una urgente intervención por parte de las autoridades municipales.
Pese a las circunstancias y la situación a la que se tienen que enfrentar las funcionarias de la biblioteca todos los días, el optimismo y las ganas de servir no las desmotivan para atender a los poco más de 300 usuarios que les visitan cada mes.
Eso sí, esperan que pronto llegue una solución que les permita desempeñar sus funciones de manera más segura y cómoda, tanto para ellas como para los usuarios.
¿Prontas soluciones?
Esta semana, el regidor Juan Pablo Rodríguez presentó una moción en la que solicitó a la administración municipal realizar un pronta revisión del estado actual del convenio con el Sistema Nacional de Bibliotecas (SINABI), bajo el Ministerio de Cultura y Juventud.
La intención es que el ayuntamiento pueda determinar una pronta intervención a la infraestructura que mejore las condiciones en la que opera la biblioteca o bien trasladarla a otro lugar,
"Tuvimos una reunión con los jefes de las bibliotecas, ellos nos habían pedido visitar y conocer las condiciones en la que están, La propuesta que se valore si se puede remodelar el edificio o bien que la biblioteca se pueda unificar al archivo municipal porque ambos reúnen condiciones similares", dijo Rodríguez.
Es decir, si la opción de remodelar no es factible por tema económico, la intención de las autoridades locales es que, tanto el Archivo Municipal como la biblioteca puedan operar en un mismo edificio.
Como plan C, la moción pide valorar terrenos en las inmediaciones del Complejo Maracaná donde se pueda construir un nuevo edificio.
La moción fue aprobada por el Concejo en pleno y enviada a la administración del municipio para que estudie la solicitud.