El aceite de coco ha ganado bastante popularidad en los últimos años, desde aceite de cocina hasta productos de belleza, muchos “influencers” del ámbito salud y deporte lo recomiendan para realizar recetas “fitness”. Sin embargo, el aconsejar sobre los tipos de grasa saludables suele ser confuso, las que son de origen animal como la manteca de cerdo se catalogan dentro de las malas; mientras que los aceites vegetales como el de oliva o girasol están dentro de las grasas buenas, esta división se basa en la cantidad de grasa saturada que contengan estos alimentos.
El aceite de coco es una grasa vegetal, del cual el 86% es grasa saturada, mucho más porcentaje que algunos productos dentro de la categoría no saludable: la mantequilla tiene 51% y el aceite de girasol un 10%.La Asociación Americana del Corazón menciona que el aceite de coco es bueno para mejorar los niveles de HDL (colesterol bueno en sangre), además contiene antioxidantes, pero no hay bastante evidencia científica que respalde estas propiedades, por lo tanto se debe consumir con moderación y la mejor opción seguirá siendo el uso de grasas insaturadas (aceite de oliva, aceite de girasol).
La porción recomendada del aceite de coco es de 13 gramos, el equivalente a 1 cucharada y su consumo debe ser en promedio de 2 a 3 veces por semana. Es preferible usarlo para reemplazar grasas sólidas como la mantequilla, por ejemplo en la elaboración de repostería. Pero recuerde usarlo con moderación, hasta esperar a que se realicen más estudios sobre los verdaderos beneficios y efectos a largo plazo sobre el uso de aceite de coco; y lo más importante consulte con su médico o nutricionista antes de empezar a utilizar algún producto nuevo.