Un día de sonrisas y narices rojas para curar almas en el hospital San Carlos

Hospisonrisas alegró corazones en niños y adultos.

El Hospital San Carlos vivió una tarde distinta este lunes. Una tarde donde los pasillos se llenaron de risas, los salones se transformaron en espacios de juego, y los corazones de muchos se sintieron más livianos.

Todo gracias a la visita de los “doctores payasos” de la Asociación HospiSonrisas, un grupo de voluntarios que, con amor y humor, acompañan a pacientes, familiares y funcionarios en los hospitales del país.

Con narices rojas, trajes coloridos y un entusiasmo contagioso, los voluntarios de esta organización llegaron al hospital con un solo objetivo: llevar compañía cálida y humana a quienes atraviesan momentos difíciles.

Lo hacen desde hace 18 años y esta vez fue el turno de San Carlos.

“Visitamos todos los servicios, compartimos con funcionarios, con pacientes, con sus familiares. Acompañamos obstetricia, pediatría, odontología, todos con mucho amor”, comentó Angie Cervantes, fundadora de HospiSonrisas.

Lo hacen desde hace 18 años y esta vez fue el turno de San Carlos. (Cortesía).

La magia del encuentro no solo quedó en los pasillos del hospital. También hubo una jornada de capacitación para el personal médico sobre la importancia de una atención humanizada, porque el cuidado va más allá de lo clínico.

Bajo el lema “Cuando la risa cuida: humanizar desde la nariz roja”, Cervantes abordó la necesidad de conectar desde la empatía, el respeto y el cariño.

HospiSonrisas es una asociación sin fines de lucro que nació en el Hospital Nacional de Niños, pero que con los años se ha extendido a hospitales de adultos.

Hoy en día cuenta con 100 voluntarios activos, todos conocidos como “doctores payasos”, y 35 más que están por graduarse. Ellos donan su tiempo y corazón para hacer la diferencia en el día de quienes más lo necesitan.

Su trabajo no es solo hacer reír. Es estar, acompañar, abrazar sin palabras, regalar un momento de alivio y demostrar que el amor también sana.

Interacción con pacientes de consulta externa quienes pasaron un momento ameno. (Cortesía).

La visita de HospiSonrisas dejó huellas en San Carlos: huellas de ternura, esperanza y humanidad.

En medio de tratamientos, diagnósticos o largas esperas, una tarde de juegos, canciones y sonrisas se volvió medicina para el alma.

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