Un regreso a "La Pila" el Balneario Linda Vista, la atracción sancarleña de antaño

Un salón de baile, piscinas de varios tamaños, trampolines y cientos de anécdotas son parte de este viaje al pasado, allá por los años 50.

Fue punto de reunión, reinados, fiestas, bailes y muchas otras actividades según aún recuerdan algunas de las personas que lo visitaron.

"Las pilas" del Balneario Linda Vista aún están en la mente de quienes disfrutaron de ese sano entretenimiento allá por el final de los años 50 en San Carlos.

Aunque muchos no lo crean, el complejo de piscinas y un salón estaban en la propiedad que hoy tiene la familia Arroyo, costado norte del estadio Carlos Ugalde Álvarez. Antes de las casas, el punto está en los recuerdos de antaño.

La obra la construyó Juan Chaves y su último dueño fue justamente don Vitelio Arroyo.

Muchos lo recuerdan como "La Pila" y cada rincón se mantiene fresco en la mente de muchos.

"Al este estaban los trampolines, los guardaropas y los baños, estaba el trampolín pequeño, el grande y el mediano. El grande estaba en el medio, había unas bancas con una sombra y ahí llegaba la gente a ejercitarse y al frente de esas bancas estaban las pilitas", recuerda Jorge Arturo Valenciano.

El paseo sigue, ya llegamos a la principal atracción que eran las piscinas que tenían diferentes tamaños.

"Tenían unos marcos de tubos para que los chiquitos no se pasaran de un nivel a otro, eran como barandas de tubo. Había la piscina pequeña, la mediana y la otra un poquito más honda y después se iba uno a la grande que iba en descenso, de menos a más y llegaba a una parte que se hacía de tres metros de profundidad que era donde los clavadistas hacían las exhibiciones, de dos vueltas en el aire o se tiraban para atrás", relató don Jorge Arturo.

Al norte estaba el salón bailable donde para llegar los bañistas cruzaban una acera de lado a lado y debían subir unos 10 escalones.

Ahí era donde llegaban las mejores orquestas del país para los bailes y donde, los 31 de diciembre se reunía todo el pueblo.

"Ya después hicieron una pared para que la gente de la piscina no entrara a mojar el piso y es que, en el piso del salón uno se veía la cara, lo mantenían bien brillante y era de puro Cristóbal y en le ponían un polvo blanco y era para que las zapatillas de cuero resbalaran más para bailar twist", contó Valenciano.

Cerca también estaban la cocina y el bar donde el entretenimiento seguía cada día.

Los fines de semana eran los más concurridos pero, cuando había actividades especiales el balneario era el principal punto de visitación.

Fiestas de cierre de año escolar, matrimonios, reinados, 15 años y mucho más guardan este lugar en fotografías, algunas ya afectadas por el paso de los años pero, en la memoria de muchos esos recuerdos, siguen intactos.

Al fondo de esta imagen se aprecia el barrio San Martín. Cortesía Luis Valenciano.

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