«Yo nunca me levanto pensando que tengo 71 años, me levanto pensando en la emoción que siento porque para mi, correr es una pasión, es un estilo de vida».
Así inicia esta historia. Su protagonista es Sonia Murillo Fernández quien a sus 71 años devora kilómetros de asfalto todos los días.
Cualquiera pensaría que esta pasión la desarrolló desde muy pequeña pero todo lo contrario. Fue a los 40 años que, casi que por accidente, inició en el mundo del atletismo. Todo al tiempo que trabajaba como enfermera en el hospital San Carlos, hoy ya está pensionada.
«Yo hacía Zumba y un día estaba calentando en el Maracaná cuando un compañero del hospital me dijo que porque no entrenaba con ellos para los juegos de la Caja y ahí empecé, al principio no me llamaba mucho la atención pero ya luego le agarré gusto, fui a mis primeros juegos y me traje cinco medallas», recuerda.
Ahí nació el amor. Correr ya no era solo para hacer deporte, empezó a ser una necesidad en su vida.
«Los días que no puedo salir a correr ya en la noche yo siento como que me falta algo, porque como le digo es un estilo de vida», añadió.
Doña Sonia es parte del conocido grupo Toros del Asfalto y sale con ellos todos los días durante una hora a correr por todo Ciudad Quesada. Los domingos la jornada es más larga.
Ella ama las carreras de montaña, de campo traviesa. De hecho recién en Guatuso ganó una y el premio fue la inscripción a otra en Heredia a la que fue y, también ganó.
El asunto es que ella tiene una lesión en la espalda por lo que le médico le recomendó correr pero no competir y, adivine qué hizo ella.
«Competir es lo primero que hago, (se ríe). El doctor sabe que si me quita esto me mata y yo soy muy competitiva, imagínese que me ponen con corredoras de 50 años y les gano y eso me motiva porque son corredoras buenas», apuntó.
Ella es madre de cinco hijos. La menor de ellos solía acompañarla en algunas de las aventuras y ahora también su nieta empezó en el mundo del atletismo.
Es muy común verla corriendo hacia San Vicente, San Gerardo o por todo Ciudad Quesada con su grupo.
Entre el 2000 y 2009, ella subió corriendo el cerro Chirripó en nueve ocasiones lo que habla de la fuerza que mantiene a pesar del paso de los años y como resultado de la disciplina.
«Yo no soy veloz lo que tengo es coraje. Si usted me dice que tengo que subir una montaña yo no se cómo pero la voy a subir», finalizó.