Chocolate con propósito: así cultivan futuro en el Colegio Agropecuario

Estudiantes cosechan cacao y producen chocolate que venden en el mismo centro educativo.

En medio del verdor de la Finca San Benito, en el Benemérito Colegio Agropecuario de San Carlos, hay un proyecto que combina formación técnica, cultura agrícola y espíritu emprendedor.

Se trata de una iniciativa de cultivo y procesamiento de cacao, que lidera la profesora Merilyn Rodríguez Murillo, de la Especialidad de Producción Agrícola y Pecuaria.

Este proyecto surgió hace varios años gracias al impulso de Miguel Sibaja, exdirector del centro, proveniente de una familia de cacaoteros, quien promovió la siembra de las primeras plantas de cacao.

Hoy, esas semillas iniciales han germinado no solo en el terreno, sino también en la motivación de decenas de jóvenes.

Desde hace tres años, la especialidad se incorporó al plan de estudios del Ministerio de Educación Pública, lo que permitió incluir formalmente el tema del cacao como parte de la enseñanza técnica.

Actualmente, el terreno dedicado al cultivo abarca unos 3.000 metros cuadrados y alberga alrededor de 150 plantas híbridas.

Los estudiantes de último año son los encargados de dar mantenimiento a la plantación, junto con voluntarios de otros niveles.

Ellos mismos se encargan de todo el proceso, desde el cultivo hasta la transformación del grano.

En el Laboratorio de Agroindustria, elaboran chocolate al 50% y nibs de cacao, que posteriormente comercializan dentro del colegio.

Los ingresos generados se destinan a la compra de insumos y materiales para continuar la producción.

"Con los chiquillos hacemos poda, saneamiento de la plantación, hay que estar mucho eliminando frutos enfermos, aplicación de productos orgánicos, cosecha y vamos al laboratorio y procesamos todo el cacao", comentó la docente.

Esta experiencia les permite a los jóvenes adquirir conocimientos prácticos, aprender sobre el valor del trabajo agrícola y desarrollar habilidades para el emprendimiento.

Recientemente, estudiantes de otros niveles se han unido al esfuerzo. Uno de ellos es Sebastián González Arce, de apenas 13 años, quien cursa el octavo año.

Para él, el proyecto significó su primer acercamiento al mundo del cacao, el cual asegura haber disfrutado mucho, pues se relaciona con el área agropecuaria que espera seguir estudiando en el futuro.

La profesora Rodríguez ya contempla ampliar el impacto del proyecto y brindar apoyo a productores locales, utilizando parte de la infraestructura del colegio para fortalecer el procesamiento del cacao a mayor escala.

Este esfuerzo demuestra cómo la educación técnica, cuando se vincula con la realidad local, puede cultivar no solo productos, sino también vocaciones y proyectos de vida.

Información Radio Santa Clara

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