Autoridades Ambientales del Ministerio de Ambiente y Energía, por medio del Área de Conservación La Amistad Caribe (ACLAC), del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC-MINAE), gracias al reporte ciudadano, rescataron al Flamenco Americano que llegó al país desde octubre de 2024.
El individuo presentaba una condición de gran debilidad, sin heridas visibles, pero con bajo peso y deshidratado.
Fue ingresado, el pasado 28 de junio, al Centro de Rescate Jaguar, donde médicos veterinarios brindan atención para su pronta recuperación.
El avistamiento de esta especie en Costa Rica ocurrió en octubre de 2024, y es posible que, haya sido traído a nuestras costas, por los fuertes vientos asociados con los huracanes y ciclones que azotaron la región el año pasado, como sucede con otras aves.
El seguimiento y control de este individuo puede llevarse a cabo, gracias al trabajo de todos los funcionarios del Área de Conservación Amistad Caribe, Policía de Fronteras, Policía Municipal, observadores de aves y vecinos de la zona.
Todos los actores se han convertido en actores claves que brindaron información sobre el desplazamiento y comportamiento del ave.
Maylin Mora, directora del ACLAC, comenta que, “Gracias al monitoreo y seguimiento al individuo de Flamenco Americano y a la colaboración de la sociedad civil, ha permitido determinar, a nivel físico, que el individuo no está en las mejores condiciones de salud, por lo que se hace indispensable brindarle atención veterinaria, por lo que hemos solicitado la colaboración de un Centro de Rescate”.
El Área de Conservación continuará con el monitoreo y seguimiento del individuo, tras su recuperación, tomando en cuenta su estado físico, comportamiento y uso de hábitat.
Además, mantendrán la coordinación con los cuerpos policiales para el monitoreo y protección del individuo.
El flamenco del Caribe alcanza de 1,20 a 1,40 m de altura. Es un ave esbelta: la macho pesa en promedio 2,8 kg y la hembra 2,2 kg.
Es el flamenco más grande del continente, y el segundo del mundo, superado por el flamenco común (Phoenicopterus roseus).
Su color puede variar desde el rosa pálido hasta un carmesí o bermellón, dependiendo de la zona donde viva y de la cantidad de crustáceos con altos contenidos carotenoides que consuma.