Ir a San Vicente y no pasar a La Dulcelina es como no ir. Al menos, esto es lo que dicen los habitantes de este hermoso pueblo de Ciudad Quesada.
Se trata de la primera soda que abrió en la comunidad y que, con el paso de los años es uno de los sitios favoritos por los sancarleños.
La Dulcelina abrió en 2010 en un espacio en el que antes, ya había una soda. La familia que compró el lugar y puso manos a la obra con sus recetas caseras. Ahí, nació el éxito de este emprendimiento.
"Empezamos a venderle a la gente del pueblo, venían después de misa los sábados; casi que era el grueso de gente que teníamos y empezaron a llegar personas de Ciudad Quesada los domingos y ahora vienen de todo lado", contó doña Rocío Figueroa, propietaria del lugar.
Comer como en casa es lo que llama la atención de los visitantes. Mantener las recetas de la abuela es la esencia de este lugar en el que se respira el aroma que emana el fogón junto al amor en cada platillo.
"El casadito, las sopas, el pancito casero, las tortillas, es todo eso lo que le gusta a la gente, con las recetas familiares", añadió la dueña.
Pero la buena cuchara de doña Rocío no es solo herencia, su paso por la cocina comunal en San Vicente, durante los turnos, también la convirtió en una experta de la comida típica.
Hoy por hoy, hay gente hasta de San José que llega solo a almorzar o a desayunar en este lugar que con el paso de los años además innovó con otras atracciones.
La Dulcelina ofrece un hermoso y amplio jardín lleno de figuras naturales y que se puede recorrer luego o antes de comer.
Además, don Ovidio muestra todo el proceso y sus secretos para hacer un delicioso sobado y de paso, vende las hortalizas frescas que él mismo produce en esa hermosa comunidad.
La soda abre de jueves a domingo. Jueves y viernes desde el medio día y hasta las 5 de la tarde, y el resto del fin de semana desde las 8 de la mañana a las 5 de la tarde.