Cada vez que Isaac Sánchez Mora y sus 43 compañeros de viaje llegan al cole, respiran y dan gracias a Dios. La travesía terminó.
Son las 5:30 a.m. en el centro de Chamorro en Cutris. Ahí está Freddy, el chofer del bus amarillo que traslada a 44 estudiantes de ese poblado hasta el Liceo de Coopevega.
Inicia el viaje, Freddy se persigna y los estudiantes solo quieren llegar rápido y bien a sus clases.
Aunque el trayecto es de kilómetros, el viaje se extiende por una hora y 20 minutos que se convierten en un eternidad para ellos y para el chofer.
El mal estado de la ruta nacional 227, entre ambas comunidades, convierte el recorrido en una travesía que llena de temor el interior del bus.
Barro y más barro, cuestas pronunciadas en pésimo estado y más barro desafían al conductor del bus ante la mirada asustada de los estudiantes.
"El bus se hace para todo lado y nos asustamos por que pensamos que podemos que el bus se nos puede volcar y quedar atravesados en media cuesta", cuenta Isaac, estudiante de octavo año.
Apenas domingo y lunes llovió en esa zona pero eso, fue suficiente para que el camino se convirtiera en pista de autocross y ya el tránsito vehicular es un atentado.
"El lunes íbamos bajando una parte ahí muy fea y venía un carro tratando de subir patinando, íbamos bajando y el bus se nos tiró a ese mismo lado, por dicha el chofer pudo desviarse y no chocamos y a veces nos dice el mismo chofer que si sigue lloviendo, no vamos a poder salir", relató el estudiante.
Incluso a veces, la odisea incluye tener que desviarse a otras comunidades a recoger estudiantes a los que su bus no pudo transportar por las mismas condiciones del camino.
Los padres de familia claman por atención de las autoridades que corresponden pues temen que un día, pase una tragedia.
"Estamos muy preocupados por esta situación por que, solo tenemos dos días de lluvia y ya tenemos este problema", dijo Saray Mora, la madre de Issac.
Un video que captaron vecinos detrás del bus, esta semana y con solo dos días de lluvia, muestra como el automotor derrapa en las bajadas que son barreales y con huecos.
Esta situación se registra en la ruta nacional 227 y que está a cargo del CONAVI. Incluso la vía está dentro del plan de emergencias que ya levantó el gobierno por la contaminación de fuentes de agua con mercurio.