Mayelita: el alma de la fe en la Librería Sam

Hablar de Mayela Rodríguez o simplemente "Mayelita", como le dice con cariño todo San Carlos, es hablar de una vida dedicada al servicio, la fe y el amor por su comunidad.

En el corazón de Ciudad Quesada hay un lugar que huele a papel nuevo, a juguetes, a oración y a historias de fe: la Librería Sam. Pero más que una librería, es un rincón donde habita el cariño.

Hablar de Mayela Rodríguez o simplemente "Mayelita", como le dice con cariño todo San Carlos, es hablar de una vida dedicada al servicio, la fe y el amor por su comunidad.

Desde hace 38 años, su nombre está ligado a la Librería Sam, ese lugar tan querido donde miles de sancarleños han comprado útiles escolares, Biblias, libros y palabras de aliento.

La historia de la librería comenzó en 1986, pero su origen se remonta a tres años antes, cuando Mayelita empezó a orar con constancia por un sueño que llevaba en el corazón.

"Le pedía sabiduría al Señor y puse el proyecto en sus manos. Cada día esperaba con fe que, si era para su gloria y nuestro bien, se hiciera realidad", cuenta con la dulzura que la caracteriza.

El nombre de la librería nació de un gesto de amor: “SAM” une las iniciales de Sandra, una hermana que la ayudó al principio, y la “M” de Mayela. Así se tejió el nombre de un negocio que hoy forma parte de la memoria viva de la ciudad.

Casi cuatro décadas después, Mayelita recuerda esos años como un tiempo de muchas experiencias y bendiciones.

Aunque no faltaron momentos difíciles, siempre tuvo a Dios, a sus padres, a quienes recuerda con profundo amor, y una fe firme que la hizo resistir cada prueba.

"Cada día es una nueva oportunidad, y el hoy siempre puede ser mejor que el ayer, en el nombre de Dios", asegura.

Los clientes fieles han sido, según ella, una de las grandes bendiciones de su vida.

“Muchos padres de familia me permitieron servirles cuando sus hijos eran pequeños, y ahora esos niños son adultos que aún me visitan. Me dicen: Porque somos sancarleños y sabemos lo que es estar detrás de un mostrador, la apoyamos".

A sus 66 años se mantiene activa en varias parroquias de Ciudad Quesada. Foto: SCD.

50 años enamorada de Dios

Pero más allá de los libros y los cuadernos, Mayelita ha sido una testigo viva del amor de Dios.

Hace 50 años, encontró un camino profundo de fe a través de la Renovación Carismática Católica, y desde entonces, ha vivido para servir y proclamar que Jesús es el mismo de ayer, hoy y siempre.

“Soy testigo del poder de Dios”, afirma con alegría.

Su relación con el Señor la nutre todos los días. Disfruta especialmente la Eucaristía ala que asiste a diario y donde siente cómo su espíritu se fortalece con la palabra y el pan celestial.

"La vivo como si fuera la última", dice emocionada, esperando que ese gozo también inspire a otros a creer.

Cada amanecer es para ella una nueva oportunidad para agradecer: “Doy gracias por lo que me gusta y por lo que no, por poder respirar, comer, caminar, tener trabajo y familia. Todo lo que tengo lo veo como una bendición, no una obligación”.

Con su sonrisa amable, su fe inquebrantable y su corazón generoso, Mayelita ha sido mucho más que una comerciante. Ha sido guía, amiga y consuelo para cientos de personas.

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