El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Orlando Aguirre Gómez, emitió este lunes un pronunciamiento enérgico en defensa del Poder Judicial.
Esto, tras las declaraciones brindadas por el presidente de la República durante su discurso de rendición de cuentas ante la Asamblea Legislativa el pasado 5 de mayo.
En su mensaje, Aguirre Gómez rechazó categóricamente las expresiones que calificó como ofensivas y que, a su juicio, “pretenden golpear la legitimidad del Poder Judicial”.
El magistrado recordó que la democracia costarricense se sustenta en la división de poderes, principio que, dijo, no es una formalidad simbólica, sino una garantía constitucional que impide la subordinación entre poderes del Estado.
El comunicado surge luego de que el mandatario aludiera a la existencia de una supuesta “red de cuido” en el sistema judicial y señalara posibles actos de corrupción dentro del Ministerio Público.
Según el presidente del Poder Judicial, estas acusaciones son infundadas, peligrosas y erosionan tanto el equilibrio democrático como la confianza de la ciudadanía en las instituciones.
“Lanzar acusaciones de corrupción o manipulación política del sistema penal ante el Plenario Legislativo, sin pruebas que las respalden, no constituye un ejercicio legítimo de crítica democrática”, enfatizó Aguirre.
Agregó que dichas expresiones abren la puerta a prácticas autoritarias “que no tienen cabida en una democracia como la costarricense”.
La Corte Suprema de Justicia también manifestó su rechazo a los intentos de desprestigiar el trabajo del Poder Judicial mediante señalamientos sin sustento, que podrían ser considerados calumniosos o injuriosos.
Aguirre exigió respeto hacia la institucionalidad y hacia el personal judicial, quienes, según dijo, trabajan diariamente en defensa de la legalidad y los derechos ciudadanos.
Finalmente, reiteró que el Poder Judicial está comprometido con mejorar su eficiencia, transparencia y cercanía con la población, pero aclaró que ello debe hacerse “sin poner en riesgo su autonomía y sin convertir el debate público en un medio de hostigamiento institucional”.
“No nos interesa entrar en confrontaciones”, concluyó Aguirre.
