El conocido "Puente de Piedra" sobre el río Toro es el que divide Río Cuarto con San Carlos.
Se trata de una estructura centenaria que recibió la declaratoria de patrimonio histórico-arquitectónico por parte del Ministerio de Cultura.
Fue abierto el 15 de mayo de 1924, mide 24 metros de largo y fue concebido facilitar el paso y con este el comercio y el progreso, a las familias colonizadoras que se asentaron allí, así como continuar con la ansiada expansión agrícola hacia el noroeste del país.
“Junto al Puente del Río La Vieja, estructura declarada patrimonio en 1995, el Puente sobre el Río Toro constituyó en las primeras décadas del siglo XX, la puerta de entrada a las vastas llanuras sancarleñas y con ello, la oportunidad de explorar y explotar la riqueza agrícola, forestal, biológica, y en la actualidad, turística, de sus tierras. También permitió el desarrollo y bienestar de los habitantes de las poblaciones que ahí se estaban gestando, por tanto, esta estructura vial forma parte del devenir histórico, económico y social de esa región”, apuntó Sonia Gómez, historiadora del Centro de Patrimonio Cultural.
Hoy, la carretera por la cual pasa el queso, la piña, el ganado, la caña y muchos otros productos de las llanuras sancarleñas; tiene otra ruta, por eso, la popularidad del viejo puente vino a menos luego de 50 años de servicio.
No obstante, a pesar de vestirse continuamente de musgo y a la ausencia de unas cuantas piezas que adornaban sus barreras, no pierde su gallardía como tampoco su integridad patrimonial, ya que, según determinaron los profesionales del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, subsiste sin transformación, tal cual como fue construido entre 1922 y 1924.
Según indica el estudio hecho por los profesionales del Centro de Patrimonio Cultural, tipológicamente el puente es de arco inferior a la línea de calzada. Como todo puente, cuenta con dos accesos y en cada uno hay columnas enmarcando las entradas a ambos lados y de diferentes alturas en cada extremo, debido a que los niveles del terreno que hay entre uno y otro, no son iguales.
Al contar con declaratoria patrimonial, quedó amparado por la Ley 7555 Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica, la que busca su conservación e impide, a la vez, su demolición o modificación.
Esta declaratoria fue solicitada por algunos lugareños y grupos organizados de comunidades cercanas como Marsella de Venecia, así como funcionarios del Proyecto Hidroeléctrico Toro 3 del Instituto Costarricense de Electricidad, sus vecinos más cercanos.