Con una carta al presidente Rodrigo Chaves, una vecina de Crucitas de Cutris, en San Carlos, expuso la dura realidad que enfrentan los pobladores de esta comunidad fronteriza: caminos intransitables, falta de agua potable y años de espera por obras prometidas.
Nery Segura Arrieta, quien firmó la carta con fecha del 15 de mayo de 2025, aseguró que vivir en Crucitas “es muy difícil, más en época de lluvias, por el estado de las carreteras, tanto municipales como nacionales”.
En su mensaje, detalló una serie de problemas que afectan directamente la calidad de vida en la zona.
“Tenemos un solo bus que sale de Ciudad Quesada a las 2:30 p.m. y llega al Concho a las 4:30 p.m., pero por el mal estado de las calles, el bus no puede llegar hasta su destino final en Llano Verde. Nos deja a mitad de camino y de ahí hay que buscar cómo llegar”, escribió.
Uno de los temas que más le preocupa, dijo, es la situación de los estudiantes que en este momento, no pueden llegar a clases.
“Hay muchos que vienen desde Jocote, Llano Verde y otros pueblos, y cuando los buses no pueden pasar, los muchachos no pueden asistir al colegio. Se pierden clases por varios días”, declaró.
La escasez de agua potable también forma parte del reclamo. “La cisterna no puede llegar al último pueblo porque queda pegada en el camino. Muchas escuelas y casas quedan sin agua durante días”, denunció.
Además, mencionó un camino municipal identificado como el 210-203, donde viven adultos mayores y que necesita intervención urgente.
“Ese proyecto supuestamente ya está listo, pero llevamos dos años de espera y no lo solucionan. Nos dicen que tengamos paciencia, pero ya hemos esperado mucho”, afirmó.
Segura también reclamó la falta de respuesta por parte del gobierno local.
“Hemos pedido ayuda a la Municipalidad de San Carlos y solo nos dicen que el proyecto está, pero no pasa nada”.
Con dolor, concluyó su carta señalando que Crucitas es una comunidad con potencial, pero abandonada.
“Es triste saber que estamos sentados sobre oro y carecemos de servicios básicos. Lo único que pedimos es agua potable y caminos transitables”.
La vecina espera que su llamado no caiga en saco roto y que el presidente Chaves escuche la voz de quienes viven en uno de los rincones más olvidados del país.
