Apenas el jueves anterior, la cuenca alta del río Aguas Zarcas era una enorme laguna con al menos 3 metros de profundidad y llena de troncos y ramas.
Esto fue lo que encontró el geólogo Carlos Méndez y su padre, un baquiano de la zona, Freddy Méndez.
Ese día, ambos decidieron emprender viaje hasta lo más alto de la cuenca del río Aguas Zarcas para conocer sobre la situación, in situ y la sorpresa fue enorme.
"Esto es lo que se veía el jueves y lo grave es que probablemente eso ya no esté ahí", contó don Freddy.
Al jueves, eso era parte del tapón que se soltó el domingo anterior por la tarde y que conformó una avalancha que arrasó todo a su paso.